El gobernador Jorge Emilio Rey impulsa una agenda que busca resolver dos de los mayores desafíos históricos de la región: la movilidad entre Cundinamarca y Bogotá y la consolidación de una estrategia integral de seguridad.
Movilidad multimodal: una nueva forma de moverse en la Sabana
Lejos de seguir apostándole únicamente al asfalto, la administración departamental plantea un modelo de movilidad multimodal que articula trenes de cercanías, cables aéreos y sistemas de transporte masivo. La meta es reducir tiempos de desplazamiento, mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos y descongestionar los accesos a la capital.
Uno de los proyectos más avanzados es el Regiotram de Occidente, el primer tren ligero de cercanías del país con energías limpias, que ya alcanza un 37 % de ejecución. La iniciativa conectará a municipios como Facatativá con el occidente de Bogotá y permitirá pasar de recorridos superiores a dos horas a trayectos cercanos a los 45 minutos. Si se cumplen los cronogramas actuales, la primera fase entraría en operación a finales de 2027.
A esta apuesta se suma el Tren del Norte, una obra de largo aliento que conectará a Zipaquirá con el centro de Bogotá. Con una inversión estimada en 15,4 billones de pesos, el proyecto prevé su adjudicación en 2027 y su puesta en marcha hacia 2034, beneficiando tanto a los habitantes de la Sabana como a los bogotanos que se movilizan diariamente desde el norte.
Los cables aéreos también hacen parte del plan. En Soacha, una promesa que llevaba más de dos décadas comienza a tomar forma y podría reducir hasta 30 minutos los tiempos de viaje desde las zonas altas del municipio. En La Calera, esta alternativa se perfila como una solución técnica y ambientalmente viable frente a la imposibilidad de construir nuevas vías o túneles en los cerros orientales.
Seguridad con tecnología y presencia institucional
En materia de seguridad, Cundinamarca mantiene una de las tasas de homicidio más bajas del país y no registra presencia permanente de grupos armados organizados. Sin embargo, el gobernador advierte sobre nuevas dinámicas delictivas, como el llamado “outsourcing criminal”, donde bandas locales son contratadas por estructuras externas para cometer delitos como extorsión y secuestro.
Para enfrentar este fenómeno, la Gobernación refuerza una estrategia basada en tres frentes: megatomas institucionales, fortalecimiento del pie de fuerza y una decidida inversión en tecnología. En este último punto se destaca la licitación del primer Centro de Comando, Control y Atención de Emergencias (C5) del departamento, que permitirá integrar cámaras de vigilancia, realizar operaciones candado y mejorar la reacción ante hechos delictivos.
Un componente clave ha sido también la lucha contra la violencia intrafamiliar. A través de programas como las Patrullas Púrpura, casas de acogida y el fortalecimiento de las comisarías de familia, el departamento reporta una reducción cercana al 9 % en este tipo de casos.
Cundinamarca y Bogotá: una sola región
Para el gobernador Rey, el futuro de la región pasa por entender que Bogotá y Cundinamarca funcionan como una sola familia. La planificación conjunta en movilidad, seguridad, agua y energía resulta clave para una huella urbana integrada de cara a 2050. Esta visión, señala, es fundamental para atraer inversión privada, garantizar seguridad jurídica y consolidar a la región central como motor económico del país.
Más allá de las cifras y los megaproyectos, el mandatario insiste en la importancia de la cercanía con las comunidades y de “construir sobre lo construido”, asegurando que las grandes apuestas no se detengan con los cambios de gobierno y que sus beneficios se reflejen en la vida cotidiana de la gente.
