Por: Daniel Alejandro Ramírez Granados, Nikoll Lorena Rojas Ariza e Isabela Gonzáles Valderrama.
Calles mal estructuradas, alcantarillas mal terminadas, andenes mal acabados y estructuras incompletas se han convertido en parte del paisaje cotidiano de un sector que clama por soluciones definitivas. El proyecto, a cargo del Consorcio Cielo Comercial, hace parte de la iniciativa “Calles Comerciales a cielo abierto” liderada por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU). Las obras se desarrollan sobre la carrera 112A, entre calles 75 a la 77.
En julio de 2021, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) anunció con entusiasmo el inicio del proyecto “Calles comerciales a cielo abierto” en la localidad de Engativá. La iniciativa, contemplada en el contrato IDU-1563-2018, prometía revitalizar el espacio público y dinamizar la economía local mediante la adecuación de andenes, subterranización de redes y creación de zonas verdes, beneficiando a más de 145,000 habitantes y comerciantes del sector. “Con esto buscamos rescatar el uso adecuado del espacio público para el peatón y ordenar la infraestructura vial para la eficiencia de cada uno de los corredores viales, asegurando un espacio digno, así como la optimización de la malla vial del área de influencia. Al final queremos espacios bien diseñados y seguros, que faciliten la actividad comercial en condiciones óptimas”, señala el director del IDU, Diego Sánchez Fonseca.

Inicialmente, su finalización estaba prevista para junio del 2022, con un valor de $12.468 millones y $1.663 millones destinados a la interventoría, pero, para septiembre de ese año, el IDU emitió un comunicado disculpándose por los retrasos, reprogramando la entrega y solicitando una prórroga de 75 días para entregar la obra el 18 de octubre de 2022. Las razones aducidas incluyeron dificultades financieras del contratista Consorcio Cielo Comercial, agravadas por el fallecimiento de uno de sus integrantes a causa del COVID-19 y el alza en los precios de los suministros.
Esta prórroga fue avalada por la aseguradora, la interventoría y el propio IDU, bajo el compromiso de que el contratista entregaría un plan detallado de trabajo y asumiría los costos adicionales de interventoría, por un valor de 246 millones de pesos. Para continuar con el proyecto, el contratista acudió a un préstamo financiero y, en el marco de las reuniones semanales de seguimiento junto al IDU, la comunidad y los comerciantes, se comprometió a acelerar las labores en el tramo más crítico: la carrera 112A entre calles 75 y 77, con el fin de habilitar cuanto antes la circulación de vehículos.
La fase 1 del proyecto, que abarcaba desde la calle 72F hasta la 78, presentaba un avance del 27% para septiembre de 2022. A pesar de las múltiples reuniones realizadas por el IDU con la comunidad (21 encuentros desde febrero de 2021 con la participación de aproximadamente 735 personas), la percepción generalizada es de descontento y desconfianza hacia las autoridades.
La interventoría está a cargo del consorcio Eurocontrol UG21, conformado en partes iguales por Eurocontrol S.A. y Consultores de Ingeniería UG21 sucursal Colombia.
Por el momento, la mayoría de los habitantes han expresado su descontento con el proyecto. Comerciantes, transeúntes y residentes del sector mencionan que, de una u otra forma, se han visto afectados por esta obra inconclusa. Algunos comerciantes aseguran que las ventas han disminuido debido a la mala terminación de los andenes y a la presencia de alcantarillas sin tapa, que provocan malos olores, generan riesgos para los peatones y afectan el tránsito habitual por la zona.
Uno de los comerciantes relató cómo, antes de iniciar las obras, les fueron entregados volantes donde se les mostraba cómo quedaría la zona una vez finalizada. “Se veía hermoso, eso se veía con árboles, ladrillado, que iban a hacer respetar ese ‘prohibido parquear’ para que la calle estuviera libre en todo momento. Que iban a hacer respetar el hecho de que no sacaran comercio acá afuera, sino que fuera directamente dentro de los locales. Pero no, directamente no se ha hecho”.

No obstante, aún existen algunos puntos positivos que algunos comerciantes destacan. “Antes esta calle tenía doble carril y permitía mejor la movilidad, pero ahora el andén es mucho más grande, y eso le da ventaja a la gente que saca el comercio. Este local de acá al lado saca sus maleticas y toda la vaina, le da mucha más versatilidad para mostrar sus cosas. Porque antes llegaban a sacar algo así y eso quedaba muy espichado, quedaba muy feo”.
Diversas personas del sector han enviado derechos de petición solicitando información sobre la conclusión de la obra. En respuesta a uno de estos documentos, el IDU afirmó que, aunque el contrato aún se encuentra vigente, su ejecución estuvo suspendida debido a que el consorcio, al cual se dio el contrato, desistió de suscribirlo, por ende, al no verse comprometidos los recursos su vigencia expiró. Además, aclaró que en este momento no hay trabajos activos en el frente de obra y que se están explorando vías legales para terminar o ceder el contrato, en cumplimiento del principio de continuidad del servicio público.

Entretanto, los habitantes han tenido que ingeniárselas para mejorar un poco la movilidad por los andenes, en busca de mayor seguridad para los transeúntes que pasan por el sitio. A las alcantarillas que se encuentran sin tapa las taparon con tablas. “Estos arreglos que pueden ver acá son arreglos que nos tocó hacer a nosotros, a los que vivimos, a los que tenemos vivienda por acá o a los que tienen local por acá, porque nos habían dejado un hueco horrible, no sé si puedes ver por allá, puedes ver un montón de cosas que tienen arreglos con madera, nos habían dejado ahí casi que en la entrada de la casa y no han hecho nada”.
Algunas de las personas con las que se habló mencionaron que después del 17 de marzo irían algunos interventores para revisar el tema de las tapas de las alcantarillas para finalizar con el trabajo; sin embargo, como algunos de ellos indican, “son solo rumores”, y se logró confirmar que al 17 de abril aún la calle se mantenía igual.

La comunidad sigue enfrentando riesgos por obras inconclusas tras la terminación anticipada del contrato DU-LP-CT008-2023 entre el IDU y el Consorcio IDU OSSA LÓPEZ. A pesar del desistimiento del contratista y la solicitud de intervención a la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV), desde el 14 de mayo de 2024, los ciudadanos denuncian que no ha habido acciones efectivas. Este caso revive viejas tensiones con antecedentes similares en la zona, donde obras fallidas ya habían provocado sanciones millonarias. La incertidumbre persiste mientras los vecinos claman por soluciones urgentes para recuperar la movilidad y seguridad del sector.
De lo que se conocía antes del inicio del proyecto queda muy poco, pues muchos negocios quebraron. Factores como la pandemia, y la obra inconclusa fueron mortales para muchos de los comerciantes que encontraban su fuente de sustento en estas calles. En el último mes se intentó contactar al IDU nuevamente para solicitar información actualizada a través del derecho de petición Nº IDU 202518500607432, con radicado el día 29 de abril del 2025, cuya respuesta llegó el 12 de mayo del 2025. El IDU menciona que las obras en las calles mencionadas fueron “parcialmente ejecutadas bajo el contrato 1563 del 2018, y dicho contrato finalizó el 24 de noviembre de 2022 sin el cumplimiento de la meta física contratada, razón por la cual el IDU toma posesión física de las obras el 2 de marzo de 2023, con el fin de cerrar los frentes inconclusos que dejó el contratista de obra mientras se estructuraba un nuevo proceso licitatorio para la terminación definitiva de esas obras”.
En este proceso, mediante la resolución No. 5876 de 2023, se adjudicó el proyecto “Terminación de la construcción de las calles comerciales a cielo abierto, en las localidades de Engativá Cr. 112a entre calle 78 y calle 72f y barrios unidos Cra. 50 entre calle 72 y calle 79b en la ciudad de Bogotá D.C.” a Consorcio IDU Ossa López, sin embargo, el oferente adjudicado desistió, por lo cual, el 1 de enero de 2024 expiraron los recursos disponibles para ese proceso. Por ello, el IDU hizo efectiva la garantía de seriedad de la oferta y estructuró un nuevo proceso de contratación, adjudicando el mismo al Consorcio CCA Calles Comerciales, bajo el contrato de obra IDU-2404-2024. La interventoría responsable es Consorcio Vial IC, bajo el contrato IDU-1784-2023.
A continuación, se muestra el cronograma de las fases de dicho contrato adjudicado en la respuesta del Instituto de Desarrollo Urbano.

Así, la fecha de terminación contractual para las obras sería el 19 de diciembre de 2025.
A pesar de las nuevas fechas establecidas, que parecían dar esperanza a los habitantes de la zona, al cierre de esta investigación no se ha iniciado la construcción y/o ejecución de la obra, sabiendo que debía iniciarse el 20 de abril. Sin duda sigue siendo un caso de preocupación para la comunidad, ya que se lleva esperando una solución desde hace muchos años y esta parece aplazarse cada vez más.
De hecho, según datos otorgados por Diana Marcela Naranjo Palomino, en su trabajo de Magister en Gobierno, Políticas Públicas y Desarrollo Territorial, donde realizó un análisis e investigación con respecto a las obras realizadas en el barrio de Villas de Granada, explica que aproximadamente el 92% de los comerciantes encuestados para su investigación afirmaron que las ventas se han visto gravemente afectadas. Adicionalmente, tal como Diana lo menciona “Este es un tema preocupante y crítico, dado que la economía del barrio se debe a los locales comerciales de la vía intervenida, además de ser generadores de fuentes de empleo. A su vez, varios de los comerciantes deben pagar arriendos, servicios y contratos, que se ven afectados al reducirse los ingresos”.
Aunque las posturas de los transeúntes y habitantes de esta zona son diversas frente a cómo terminó este proyecto, lo que queda claro es que no se dio cumplimiento a lo prometido, al dejar una calle irreconocible, sin terminar e insegura para quienes la concurren.
¿La situación es culpa del IDU o del contratista? ¿Dónde quedaron los fondos? ¿Hubo un mal planteo de presupuesto? ¿Fue culpa de los mismos comerciantes al protestar? Todas estas dudas se quedan con lo que un día prometía ser una calle segura y apta para el comercio, y que ahora solo es otra de las obras inconclusas en la capital colombiana.