Por: Andrés Camargo
Una reciente investigación de la Universidad de Cambridge sugiere que nuestro cerebro evoluciona a saltos. Esta idea contradice la creencia de un envejecimiento gradual.
Un equipo de investigadores trazó el mapa más completo del cerebro humano al analizar escáneres de 4.216 personas, desde recién nacidos hasta mayores de noventa años.
El estudio identificó cuatro momentos críticos en la vida. Estos cambian las reglas del cableado neuronal por completo, redefiniendo así la adolescencia, adultez y vejez.
Los científicos usaron inteligencia artificial avanzada para procesar la inmensa complejidad de las conexiones. El estudio confirma que este es un proceso “no lineal” que se desarrolla por etapas.
Los hallazgos sitúan el fin de la infancia a los nueve años, y determinan que la maduración cerebral se extiende hasta pasados los treinta. Esto ofrece nuevas perspectivas para la psiquiatría y el deterioro cognitivo.

El “Google Maps” del cerebro humano
Los investigadores estudiaron la topología cerebral de los participantes. No se fijaron sólo en el tamaño del cerebro, sino en las diferentes conexiones y particularidades presentes en cada uno.
Imagine el cerebro como una red decarreteras. La topología estudia su arquitectura, eficiencia y desarrollo con el pasar del tiempo.
El equipo usó un método matemático llamado UMAP; un algoritmo para la reducción de dimensión, basado en técnicas de aprendizaje de variedades e ideas derivadas del análisis topológico de datos.
Con esto proyectaron la información en un espacio tridimensional para ver una trayectoria con curvas y cambios de dirección. Los autores señalan que estos puntos definen cuatro épocas.
Los cuatro momentos de la verdad
1. A los nueve años: El fin de la infancia
El cerebro es una esponja densa de conexiones hasta los nueve años. A esta edad, se produce una modificación drástica. El cerebro deja de priorizar las conexiones locales y empieza a enfocarse solo en la eficiencia global. Este cambio coincide con el inicio de la pubertad.
2. A los 32 años: La verdadera madurez
El cerebro sigue en “optimización juvenil” después de los 18 años. El estudio identifica los 32 años como el punto de giro más fuerte. La red cerebral trabaja para ser más integrada y eficiente, hasta que alcanza su máximo rendimiento en materia blanca.
3. A los 66 años: El umbral del envejecimiento
La estabilidad de la adultez se fractura cerca de los 66 años. La red cerebral pierde su eficiencia global y el cerebro se vuelve más “modular”. Las áreas del cerebro se aíslan y pierden eficiencia. Esto coincide con el aumento de riesgos para la salud pues sugiere una simplificación de la arquitectura cerebral.
4. A los 83 años: La etapa final
El último punto de inflexión ocurre a los 83 años. Allí la edad no se relaciona tanto con la estructura cerebral, sino que esta etapa se define por la “centralidad de subgrafo” (medir la importancia de un nodo dentro de un subconjunto de una red más grande). El cerebro depende más de nodos locales, lo que le permite seguir con la funcionalidad ante el desgaste.

¿Por qué importa esto?
El mapa de la vida tiene implicaciones médicas profundas. Entender la maduración hasta los 30 años ayuda a explicar algo clave: se comprende por qué surgen trastornos psiquiátricos en la juventud tardía.
También el identificar el cambio a los 66 años es muy útil para la medicina, pues les permite a los profesionales de la salud distinguir el envejecimiento saludable del envejecimiento anormal. Esto ayuda a identificar signos de Alzheimer, ya que ocurre antes de que aparezcan los síntomas.
El desarrollo humano es complejo. No somos una línea recta que solo sube y baja; por el contrario, somos una serie de transformaciones dinámicas, y cambiamos nuestra arquitectura interna en momentos clave.
Entender y distinguir estas transformaciones nos ayudaría a llevar un desarrollo saludable con el paso de la edad y evitar complicaciones a largo plazo.
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