La clasificación se dio tras el 3–0 en Barranquilla, con goles de figuras reconocidas y un ambiente de estadio a reventar.
La historia detrás del logro: no fue un camino lineal
La clasificación no llegó como un paseo. En junio, por ejemplo, Reuters registró que la Selección venía de una racha complicada y que empates como el 0–0 ante Perú apretaban la tabla y aumentaban la ansiedad.
Por eso, el triunfo final se leyó como “rescate” y consolidación: el equipo de Néstor Lorenzo cerró el capítulo eliminatorio con el objetivo cumplido y la sensación de que, pese a altibajos, hubo estructura y carácter.
Por qué fue más que fútbol
En clave social, la clasificación funcionó como un relato de alivio colectivo. En clave deportiva, abrió otra conversación: ¿llega Colombia al Mundial solo a competir, o con aspiración real? La FCF celebró el hito como cierre de campaña y punto de partida para construir lo que viene.








