Por: Andrés Camargo
La ciencia constantemente busca la fórmula para vivir más y, sobre todo, mejor.
Se sabe que la dieta es un pilar fundamental, pero ¿y si los beneficios no solo vinieran de las vitaminas y proteínas, sino del material genético de las bacterias que consumimos?
Una reciente investigación de la Universidad de Basilea en Suiza, descubrió un mecanismo en el gusano nematodo Caenorhabditis elegans (C. elegans), un gusano transparente súper estudiado por los científicos.
El estudio demuestra que el ARN proveniente de las bacterias que forman su dieta puede activar una respuesta protectora en todo el organismo, mejorando la calidad de vida y la salud muscular durante el envejecimiento.
Este hallazgo abre una nueva puerta para entender la relación entre nuestra dieta, nuestro microbioma y un envejecimiento saludable.
¿Por qué envejecen nuestros músculos?
Para entender este descubrimiento, hay que hablar de la proteostasis. Pensemos en las células de nuestro cuerpo como pequeñas fábricas que constantemente producen proteínas para funcionar.
La proteostasis es el sistema de control de calidad que se asegura de que estas proteínas estén bien hechas y desecha las defectuosas.
Con el paso de los años, este sistema de control de calidad se vuelve menos eficiente. Las proteínas defectuosas empiezan a acumularse, formando una especie de “basura celular” en forma de agregados tóxicos (sustancias o residuos que causan daño biológico).
Esta acumulación es una de las causas del deterioro muscular (sarcopenia) y de enfermedades neurodegenerativas. Mantener la proteostasis es, por tanto, clave para un envejecimiento saludable.
El experimento: una dieta de bacterias para gusanos
Los científicos utilizaron al gusano C. elegans como modelo, ya que es ideal para estudiar el envejecimiento y la dieta de forma rápida y fiable. Normalmente, a estos gusanos se les alimenta con dos cepas de la bacteria E. coli: OP50 (alimento del C. elegans) y el HT115. (bacteria que apaga los genes del C.elegans)
Los investigadores observaron que cada dieta tenía sus pros y sus contras:
- Dieta OP50: Los gusanos se reproducían más y sus crías crecían más rápido. Sin embargo, en la vejez, sus músculos se deterioraban y perdían movilidad.
- Dieta HT115: Los gusanos tenían una vejez más saludable, con menos agregados de proteínas en sus músculos y mejor movilidad.
Se descubrió que una dieta mixta combinaba lo mejor de ambos mundos: los gusanos mantenían su alta capacidad reproductiva y, al mismo tiempo, tenían una vejez más saludable que con cualquiera de las dietas por separado.
¿Cuál es el ingrediente secreto?
Los científicos se dieron cuenta de que la diferencia clave entre las dos bacterias no era una vitamina o un nutriente tradicional, sino una enzima llamada ribonucleasa 3 (rnC).
- La bacteria OP50 (la “mala” para la vejez) tiene esta enzima activa, que funciona como una “trituradora de papel”; es decir, destruye el ARN de doble cadena (dsRNA) que la propia bacteria produce.
- La bacteria HT115 (la “buena”) tiene esta enzima “dañada”, por lo que su ARN permanece intacto.
Cuando el gusano se come la bacteria HT115, ingiere ese ARN bacteriano intacto. Éste actúa como una señal que activa un mecanismo de defensa en el gusano.
Para probarlo, los científicos modificaron genéticamente la bacteria “mala” (OP50) para desactivarle la enzima trituradora. Esta nueva bacteria se convirtió en una dieta protectora que redujo la acumulación de “basura” proteica en los músculos del gusano.

Una reacción en cadena para la defensa celular
El ARN bacteriano no actúa directamente en los músculos. En su lugar, desencadena una cadena de comunicación entre diferentes tejidos del gusano:
- El Intestino: Es la puerta de entrada. Las células intestinales absorben el ARN bacteriano.
- La Línea Germinal: El ARN activa el sistema de defensa del gusano (conocido como ARNi) en sus células reproductivas.
- Los Músculos: Se envía una señal a los músculos para que activen la autofagia, que es, literalmente, el sistema de “recolección de basura” de la célula. Este proceso limpia los agregados de proteínas tóxicas, manteniendo los músculos sanos por más tiempo.
Para que la protección funcione, esta comunicación entre el intestino, la línea germinal y los músculos es indispensable.
¿Qué significa esto para los humanos?
Aunque este estudio se realizó en gusanos, sus posibles implicaciones son enormes. Nosotros también tenemos un cuerpo lleno de bacterias (el microbioma) que influyen en nuestra salud.
Este trabajo sugiere que los beneficios de una buena dieta podrían ir más allá de los nutrientes que conocemos, e incluir moléculas como el ARN producido por nuestros microbios intestinales.
En el futuro, es posible que se puedan desarrollar terapias o suplementos dietéticos basados en ARN para potenciar la proteostasis y promover un envejecimiento más saludable, ayudando a nuestros cuerpos a mantener su propio sistema de “control de calidad” funcionando por más tiempo.
Para más información de Rizoma:
https://www.uniminutoradio.com.co/rizoma/









