Por: Daniel Rojas Chía
En un año lleno de cintas que prometen tantas cosas y pocas se llegaron a cumplir, una historia con un presupuesto modesto pero contundente en su intención, se proyecta como la mejor de su género en este 2022, sorprendiendo hasta a los menos entusiastas del miedo.
Su director nacido en Denver, el estadounidense Scott Derrickson presenta una cinta que, en su inicio parece no sorprender, mostrando recursos y formas muy conocidas para el género de terror, pero luego camina de la mejor manera para construir una de las mejores tensiones del año.
Derrickson, luego de la taquillera Doctor Strange: hechicero supremo (2016) y sus dos películas más reconocidas en el género del terror como lo es: El exorcismo de Emily Rose (2005) donde dejó ver que podía construir buenas tensiones hasta Sinister (2012) que logra construir una historia potente y terrorífica, mostrando una narración mejor consolidada.
Según su sinopsis oficial: Finney Shaw, un tímido e inteligente niño de 13 años, es secuestrado por un sádico asesino y atrapado en un sótano insonorizado donde gritar no sirve de nada. Cuando un teléfono desconectado en la pared comienza a sonar, Finney descubre que puede escuchar las voces de las víctimas anteriores del asesino, quienes están decididos a asegurarse de que lo que les pasó a ellos no le pase a Finney.
La historia se desarrolla pausadamente, subiendo su intensidad de a poco hasta que, el espectador se dé cuenta, estará inmerso en la historia de la cinta. Esto dice mucho sobre la historia y la adaptación de un guión sólido, ya que fue hecho sobre un libro de Joe Hill. Nada más y nada menos que el hijo del legendario escritor de terror Stephen King. Es importante aclarar que Joe Hill ya cuenta con un trabajo consolidado ya tiene títulos adaptados para numerosas series y películas importantes como Horns (2013) o la serie producida por netflix Locke and key 2011 que no fue tan afortunada en su desarrollo.
En cuanto a los personajes de la cinta, la elección de todos sus actores y actrices es muy acertada, logrando acercar eficazmente al público a la tensión que cada uno conlleva, sumando emoción a la construcción de la historia y por supuesto, a su tensión tan bien lograda. Personajes como Finney (Mason Thames) y su hermana Gwen (Madeleine McGraw) se complementan muy bien entre el suspense, el terror y hasta el thriller. Todo esto envuelto acertadamente en el cine de lo sobrenatural, sin olvidar una buena pizca de comedia que entrega un personaje como Gwen, aligerando por instantes la tensión de ciertas secuencias, pero al mismo tiempo logrando darle un impulso diferente, ayudando a darle ritmo a la cinta.
Por otro lado, tenemos a un villano siniestro y cauteloso construido por un maravilloso Ethan Hawke. Este, nos muestra un lado tan perverso como frágil en un personaje que, bajo sus características, parece impredecible, sumando más a esa buena tensión que construye toda la cinta.
Para mí, el teléfono negro es una cinta que toma muchas herramientas y recursos conocidos del cine de terror, pero logra ponerle una tención diferente y esa es, precisamente uno de sus mayores aciertos. Puede lograr cautivar a diferentes audiencias cumpliendo lo que propone aunque su trailer ofrezca demasiada información.
La película encuentra una línea narrativa tan buena, que es completamente disfrutable hasta para una persona poco amante del género, pero dentro de atmosferas desalentadoras, secuencias perturbadoras y hasta desde el mismo concepto del teléfono negro, que logra comunicarse con ese “más allá “. Logra construir numerosos aciertos y mantener al espectador agarrado de su asiento durante su hora y cuarenta y dos minutos de duración, siendo un tiempo más que suficiente para desarrollar una historia con una narrativa ágil e interesante, además de lograr una línea de tensión admirable y constante que nunca decae y solo suelta al espectador hasta su desenlace final.
Una excelente excusa para tener más de un buen susto sin perder una narrativa de gran calidad y una versátil dirección de parte de Scott Derrickson.