Por: Karen Suárez
¿Qué pasa con nuestra voz interior cuando no sabemos lo que queremos decir con ella? Fuego en la garganta es una obra de la escritora Beatriz Zuluaga que destaca por su capacidad para transmitir emociones profundas a través de un lenguaje poético y evocador. Publicado por la editorial Planeta el 6 dev noviembre de 2024, este libro nos invita a sumergirnos en una experiencia literaria que combina introspección, vulnerabilidad y fuerza. La autora nos propone un viaje por paisajes internos y externos, donde la palabra es a la vez refugio y revuelta.
El libro se estructura a través de 3 apartados, los cuales se van hilando y permitiendo al lector formar ideas nuevas y totalmente complementarias pero diferentes al apartado anterior, únicamente hay un factor que les entrelaza y sobre el que se construye la historia, el fuego en la garganta de Blanca, la protagonista, un fuego que arde en cada página.
Zuluaga aborda temas universales como el dolor, la pérdida, la memoria, el deseo y la identidad, siempre desde una mirada íntima y valiente. A través de imágenes potentes y metáforas muy bien logradas, nos hace sentir la intensidad de cada experiencia, como si el fuego de la garganta se trasladara a nuestras propias voces. Es fácil identificarse con los sentimientos de Blanca, la protagonista, cuya historia se despliega a lo largo de diversas etapas de su vida. La conocemos desde su infancia, marcada por la sensación de haber sido abandonada por su madre, hasta su adultez, en la que descubre su capacidad de amar y ser amada. A través de esta evolución, Blanca nos muestra que es posible construir una familia propia, no necesariamente ligada a los modelos tradicionales, y que lo verdaderamente valioso, con todo y su ironía, suele encontrarse en los aspectos más sencillos de la vida.
Uno de los aspectos más destacables de esta obra es su estilo de escritura. Zuluaga maneja el lenguaje de manera dinámica, empleando recursos que construyen una atmósfera intensa y envolvente. En el segundo apartado del libro, logra transportar al lector a la historia de la madre de Blanca; cada palabra parece elegida con cuidado para que el lector pueda tejer y comprender lentamente la trama. A pesar de los saltos en el tiempo y los altibajos emocionales que atraviesan los temas tratados, el ritmo de la obra se mantiene constante y fluido. La lectura de Fuego en la garganta deja una impresión duradera por su capacidad de hablar de lo íntimo con resonancia universal. Conmueve especialmente la forma en que Zuluaga convierte el dolor en belleza y la vulnerabilidad en fortaleza.
Aunque el libro no sigue una narración lineal tradicional, su estructura le confiere un carácter único que puede resultar desafiante, pero también profundamente nutritivo, auténtico y conmovedor. Fuego en la garganta no es solo la historia de una hija abandonada, sino también la de una madre atrapada entre el amor y el miedo, de un padre que cuida y a la vez miente (una paradoja profundamente humana), y de un grupo de amigos que, desde sus diferencias, se reconocen como familia. En esencia, es una historia profundamente humana, realista, y con todo ello, un poco dolorosa. Sin embargo, en esa mezcla de ternura y crudeza radica su fuerza, porque de eso se trata, de explorar las emociones humanas desde un enfoque honesto, visceral y realista.
Al llegar al cierre del libro, tras recorrer el largo y profundo tránsito de la vida de Blanca, se revela el mensaje fundamental de la obra. La protagonista invita al lector a mirarse a sí mismo, a reconocerse en su propio fuego, ese que a veces fue milagro y otras veces pecado, que en ocasiones fue dolor y en otras, sanación. Este fuego, que parecía ajeno o incontrolable, se convierte en su poder cuando Blanca comprende que es ella misma quien decide qué será de él, si será destrucción o creación, castigo o redención como bien lo señala en un apartado de su viaje…“Su fuego, por ejemplo, no se originó de la nada el día que maldijo a Aurora, sino que había estado ahí desde siempre, a través de aquellas fiebres que podían transformarse en algo malo, pero también en algo bueno”.
En definitiva, Fuego en la garganta nos confronta con una pregunta esencial: ¿qué pasa con nuestra voz interior cuando no sabemos qué decir con ella? Zuluaga nos muestra que incluso en medio de la confusión, del dolor y del miedo, esa voz sigue ardiendo, buscando ser escuchada y comprendida. Blanca, la protagonista, nos enseña que es posible transformar ese fuego en un poder propio, en una fuerza que, aunque nacida del dolor, puede convertirse en sanación y renacimiento. Este libro nos recuerda que las palabras son a la vez refugio y revuelta, y que, al final del camino, somos nosotros quienes decidimos qué hacer con nuestra voz y nuestro fuego.
Datéate estuvo en exclusiva con la autora, gracias a la alianza con Planeta en entrevista con la periodista Karen Suárez.
