Por: Julian López
En Medio del Trancón bogotano, entre acordes acústicos y letras cargadas de sinceridad, surge la voz de Diego Foes, un artista emergente que ha decidido cantarle al amor con la autenticidad de quien lo ha vivido en carne propia.
Su más reciente sencillo, 11:11, no es solo una canción, es el reflejo de un nuevo comienzo en el corazón, “una mañana me desperté y dije; qué afortunado soy de estar con ella, de volver a estar juntos”, indicó Foes, al hablar de la inspiración detrás de la canción, dedicada a su actual pareja.
Aunque la escena urbana se inclina hacia géneros como el reguetón, el trap o el afrobeat, Diego se mantiene fiel a su esencia, la música acústica. Sus melodías bohemias, sostenidas por las cuerdas de su guitarra, evocan letras que recuerdan que el amor existe, “me encanta cantar al amor, es lo que me motiva”, aseguró el artista.
Su camino no ha sido sencillo. Comenzó cantando en buses de TransMilenio, enfrentando estigmas y prejuicios con la convicción de que el arte siempre logra abrirse paso. Hoy “chisguea” en bares de la ciudad que han visto nacer a artistas como Manuel Medrano o Juan Pablo Vega, referentes que también empezaron en pequeños escenarios antes de conquistar lugares como el Movistar Arena, “siempre voy para allá, a ver el Movistar Arena, y digo: algún día”, declara Diego con ilusión.
Foes nos sigue regalando música desde lo más íntimo, con una guitarra en mano, una voz sincera y la certeza de que el amor al igual que la música es un lenguaje universal. la historia de Diego nos recuerda que siempre hay tiempo para volver a empezar y que cuando el reloj marca 11:11 no es coincidencia es el amor tocando la puerta del corazón para pedir una segunda oportunidad.