La ceremonia, programada para las 10:30 a.m., será el punto culminante de un proyecto que ha tardado cerca de 28 años en hacerse realidad.
La historia de este templo es la historia de una comunidad que no perdió la esperanza. El proyecto comenzó hace casi tres décadas, impulsado por la necesidad de contar con un espacio digno y funcional para el encuentro con Dios y la vida parroquial. Sin embargo, el camino no fue sencillo. Problemas en la legalización del terreno y la búsqueda de recursos económicos prolongaron el proceso, poniendo a prueba la paciencia y la unidad de la comunidad.
Gracias a la colaboración estrecha entre la Congregación de Jesús y de María (Provincia Eudista Minuto de Dios), la Obra El Minuto de Dios y la Parroquia San Juan Eudes, perteneciente a la Diócesis de Engativá, sus donantes y benefactores; se logró dar pasos firmes hacia la construcción. A lo largo de los años, sacerdotes, laicos, entidades de la obra y feligreses aportaron tiempo, talento y recursos para que el sueño no se detuviera.
“El templo es la casa de todos para el feliz encuentro con Dios y con los hermanos”, expresó el padre Raúl Téllez Villamil, párroco de la parroquia, al anunciar la buena noticia. En sus palabras, recordó las enseñanzas de San Juan Pablo II, quien describió la Iglesia como una comunidad viva que habita entre las casas de sus hijos e hijas.
El padre Téllez también citó la exhortación apostólica La Alegría del Evangelio del papa Francisco, que define la parroquia como una presencia eclesial en el territorio, un lugar de escucha, crecimiento en la fe, diálogo, anuncio, caridad, adoración y envío misionero. “La parroquia es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero” (EG, n. 27).
La consagración del nuevo templo representa un logro arquitectónico, pero sobretodo, la continuidad de un legado espiritual y social. El padre Téllez evocó las palabras del padre Rafael García Herreros, fundador de la Obra El Minuto de Dios, quien en 1972 exhortó a que los habitantes de esta comunidad fueran misioneros y portadores de un mensaje renovado para el mundo.
La ceremonia de consagración será un acto litúrgico de gran significado, en el que se bendecirá y dedicará el templo como lugar sagrado. Se espera la presencia de feligreses, autoridades eclesiásticas, miembros de la Obra El Minuto de Dios y visitantes que se unirán para celebrar este momento.
Para la comunidad de El Minuto de Dios, este templo es la evidencia tangible de que la fe, la unión y la perseverancia pueden vencer cualquier obstáculo.
