La historia de una enfermedad que transformó una sociedad y este libro es un homenaje y reconocimiento al personal que combatió el VIH desde el punto de vista del del Dr. Carlos Eduardo Pérez Díaz, Amira Abultaif y Carlos Dáguer.
Es complejo organizar de manera estrictamente lineal un libro que aborda diversos enfoques, unos científicos, otros sociales y otros filosóficos. Por eso, este libro tiene una distribución más temática que cronológica. La primera parte, rompiendo en cierto grado la regla mencionada arriba, describe los orígenes del virus, su descubrimiento y su llegada a Colombia.
La segunda parte contiene el corazón de este libro: a partir de historias de activismo, de desarrollos farmacológicos, de infección en niños, de experiencias universitarias y de enfrentamiento contra el negacionismo, muestra cómo el VIH enriqueció la práctica médica en Colombia y cómo la hizo trascender.

El VIH fue una escuela de derechos. Las lecciones aprendidas por su causa no fueron solo para el beneficio de sus principales afectados; lo fueron para toda la sociedad. En un principio, por efecto del miedo, fue una enfermedad que rompió a la sociedad. Pero luego, venciendo el estigma y la ignorancia, ha construido esperanza y favorecido la reivindicación de los derechos sexuales, de salud e incluso sociales.
La tercera parte es una esperanzadora reflexión sobre la salud y la dignidad, concepto que no apareció con el sida, pero sí se llenó de significado gracias a él. El libro es la narración de cómo una enfermedad transformó a una sociedad. Es un relato con desafíos aún vigentes, individuales y colectivos. Una historia para recordar, enseñar y jamás olvidar. Una historia que, sin duda, cambió mi vida para siempre.
“Este libro tiene al menos tres elementos que lo hacen necesario e imprescindible. El primero es la fascinante reconstrucción de los acontecimientos que provocaron la aparición del virus a comienzos del siglo XX, su viaje desde las selvas camerunesas hasta el Congo, los determinantes sociales que desencadenaron su salto a Haití, la carrera científica por descubrir el agente causal del síndrome de inmunodeficiencia humana (sida) y el fulminante ataque a una menuda mujer caleña que se desempeñaba como trabajadora sexual en Cartagena de Indias y que se quedaría en el recuerdo como el primer caso registrado en Colombia.

Hacía falta un texto que nos recordara cómo fue la sucesión de los acontecimientos, pues la historia del VIH/sida había quedado quizás desperdigada en la memoria de la sociedad y de la misma comunidad médica. Por un lado, en la segunda mitad de los ochenta y la primera de los noventa, vimos el despliegue mediático posterior a la muerte de celebridades como el actor Rock Hudson, el cantante Freddie Mercury o, en el caso colombiano, el pintor Luis Caballero. Por el otro lado, las noticias sobre la propagación de la infección en África y las teorías tan especulativas como escandalosas sobre una posible zoonosis a partir de prácticas zoofílicas. En medio de esos relatos, el caso de un auxiliar de vuelo homosexual, guapo y lujurioso señalado de ser el responsable de darle proporciones pandémicas al virus”
Página 14 del prólogo de Martha Lucía Ospina,
exviceministra de Salud, exdirectora del Instituto Nacional de Salud,
exdirectora de la Cuenta de Alto Costo, presidenta de la Corporación Hospitalaria Méderi.








