La Navidad es un recordatorio del amor inmenso con el que Dios nos mira. Jesús nació para enseñarnos que la vida tiene sentido cuando se vive en gratitud, en fe y en entrega. Su presencia nos invita a mirar el mundo con esperanza, aun cuando las circunstancias parezcan difíciles.
La luz de la fe nos ayuda a ver más allá de lo inmediato, a reconocer la presencia de Dios en cada gesto, en cada persona y en cada oportunidad para amar. La Navidad es un llamado a dejar que esa luz penetre nuestras sombras y transforme lo que aún duele o pesa en nuestra alma.
Que este tiempo santo renueve la unión en nuestras familias y fortalezca la paz en nuestros hogares. El Minuto de Dios nos recuerda que no estamos solos: Dios viene, nos acompaña y nos sostiene. Que su amor sea el centro de nuestra Navidad.








