Recientemente UNIMINUTO a través de la Rectoría Bogotá Virtual y a Distancia, presentó los hallazgos de la investigación “La resiliencia en población desplazada por el conflicto armado como aporte a la reconstrucción del tejido social”, nombre del conversatorio que sostuvieron el actual director de la Unidad de Restitución de Tierras Andrés Castro Forero y Javier Alonso Arango Pardo, Rector de la sede UNIMINUTO Bogotá Virtual y Distancia.
Esta investigación se centró en la historia de vida de cinco mujeres víctimas de desplazamiento forzado, a causa del conflicto armado quienes ahora residen en Bogotá con quienes se analizaron los procesos de resiliencia y la reconstrucción del tejido social, mediante la identificación de dinámicas, la comprensión de la población objeto y la reconstrucción del tejido social en nuevos territorios así como evidenciar las nuevas relaciones comunitarias.
Como resultado, la investigación visibiliza las condiciones de superación de vulnerabilidades diversas, apalancadas en factores como la autoestima, la empatía, el relacionamiento, la adaptación y potencialización de las oportunidades de estas mujeres quienes han tomado la decisión de afrontar la vida y sus retos, permeando a sus familiares y amigos en el querer mejorar sus condiciones y calidad de vida, permitiendo la participación en la oferta que desde la institucionalidad se brinda; entre ellas, apoyo psicosocial, capacitaciones en diferentes temáticas junto con el desarrollo de proyectos productivos.
De esta forma se fortalecen las habilidades y competencias tanto individuales como colectivas, logrando romper los esquemas de asistencialismo llevando a que mediante la capacitación y la implementación de acciones que promueven el desarrollo de proyectos productivos en las líneas de preparación de alimentos, joyería, confección de ropas y otros junto con la continuidad de procesos de formación en educación, y el acceso a incentivos limitados.
Estas mujeres avanzan con sus familias en la reconstrucción de sus proyectos de vida bajo nuevas dinámicas, las cuales se promueven a través de las relaciones interpersonales y sus entornos, logrando sumarse a un nuevo contexto que les obliga a vincularse a otros espacios físicos territoriales que generan cambios en sus roles, tareas y funciones; en esta medida ellas se insertan a los lugares de acogida.
La capital del país, nuevo territorio de resiliencia y construcción del tejido social
Bogotá sigue siendo una de las ciudades con mayor recepción de población en condición de desplazamiento, la Red Nacional de Información (RNI) con corte a 1 de enero de 2020, refiere que en el país existen 8’944.137 víctimas del conflicto armado, de las cuales el 3,8% residen en Bogotá, es decir 340.376 personas. La capital ocupa el segundo lugar de las ciudades con mayor número de víctimas residentes en su territorio. Así mismo, las mujeres participantes de la investigación, comparten residencia en las localidades de mayor concentración de población desplazada: Kennedy, Suba, Engativá, Bosa y Usme.
La oferta de servicios e infraestructura de la capital, ha sido un factor decisivo para su llegada y permanencia, pues consideran que les ha permitido contar con una mayor oferta desde la institucionalidad, así como opciones para acceso a bienes y servicios junto con oportunidades laborales y formativas para ellas y sus familias siendo una de las de mayor interés el poder tener vivienda propia.
Uno de los mayores riesgos producto el desplazamiento es la condición de vulnerabilidad, la cual a su vez puede avanzar como mecanismo intergeneracional de pobreza; esto al contemplar la multiplicidad de desventajas que por la condición de género y madres enfrentar las mujeres víctimas. Parte de los resultados de la investigación muestran la reconfiguración familiar a raíz de las pérdidas tanto de sus familiares como de los bienes materiales que repercuten en los roles y la calidad de vida.
Las mujeres aportan de manera individual a la construcción de un nuevo tejido social como líderes en la referenciación de servicios, el acompañamiento en la restitución de derechos, y las dinámicas con las diferentes instituciones que trabajan en pro del bienestar de las poblaciones víctimas del conflicto armado y el desplazamiento.
De esta manera se reconfiguran interacciones en torno al apoyo mutuo, en roles como la comercialización con el consumo de sus vecinos, conocidos y la participación en ferias y eventos que promueven la venta de productos diversos, siendo esta una de las mayores solicitudes por parte de las personas que se vinculan a procesos de capacitación así como el poder acceder a programas de vivienda y empleabilidad.
Las participantes reconocieron las dificultades y complejidades que se dieron al llegar a los nuevos territorios, como muchas de ellas y sus familias fueron estigmatizadas a tal punto de comentar una de ellas que no decían que eran desplazados más los vecinos los identificaban por las condiciones en las que tenían que vivir, fueron momentos duros, donde encontraron personas indiferentes y otras de buen corazón. En esta medida se van generando lazos de cercanía y hasta amistad, a pesar de las distancias emocionales, la idiosincrasia, entre otros factores.
A pesar que Colombia ha venido avanzando en políticas públicas para las víctimas del desplazamiento y que esta problemática sigue haciendo parte de la realidad nacional, la participación y asignación de recursos para el fortalecimiento de dinámicas de emprendimiento, productibilidad y empleabilidad son un requerimiento y demanda permanente por parte de las diferentes víctimas de la violencia.
Aún queda camino por recorrer, que permitan entre diferentes actores el restablecimiento de los derechos mediante acciones diversas que permitan el desarrollo del ser en su plenitud.