La celebración coincidió con la reciente consagración del nuevo templo, un espacio que, tras décadas de espera, se levanta como símbolo de la unidad y la perseverancia de esta comunidad bogotana.

El padre Camilo Bernal, vicepresidente de la Corporación Organización Minuto de Dios y uno de los impulsores del proyecto, destacó que el aniversario representa tanto memoria como renovación. “El templo es un signo, un espacio de la casa de Dios, pero el verdadero desafío es la renovación de la comunidad cristiana. Cada uno de nosotros está llamado a ser piedra viva del templo espiritual que estamos edificando”, señaló.
La obra, que tomó casi tres décadas en completarse y enfrentó interrupciones y dificultades financieras, se convirtió en un testimonio de fe y solidaridad. “A mitad de camino nos quedamos sin dinero y Dios nos mandó otra solución. Lo importante es que este templo sea un lugar de encuentro en torno a Jesucristo vivo en la eucaristía”, añadió el padre Bernal.
El cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, también participó en la conmemoración. Durante su visita, expresó la importancia de este nuevo templo en el marco del Jubileo de la Esperanza. “El templo es hermoso, el esfuerzo es grande y la realidad es preciosa porque manifiesta que el Dios de la esperanza acompaña la vida de la comunidad. El Señor hace realidad lo que quiere para la salvación de su pueblo”, afirmó.
El arzobispo subrayó que la parroquia no se reduce a su estructura física, sino que vive en la comunidad misma. “La comunidad parroquial es un lugar de encuentro con el Señor, de encuentro de hermanos, de historias vivas. Hay parroquias que no tienen templo, pero caminan con Cristo. Donde dos o tres se reúnen, allí está Él. Así también esta comunidad siempre estuvo viva, incluso cuando no tenía templo”, explicó.
Además, invitó a la feligresía a mantener su compromiso en la construcción del templo, no solo en lo material, sino en lo espiritual y pastoral. “Los templos no son obras acabadas; lo que significan es que hay familias en construcción, personas en proceso de conversión. Cada uno de nosotros es una obra que tendrá plenitud solo en la casa del Padre”, reflexionó.
Con motivo de este aniversario, el padre Bernal recordó que la parroquia atiende a más de 25 mil habitantes del barrio, cerca de 20 mil estudiantes de instituciones educativas cercanas y a los fieles de la Renovación Carismática Católica, que desde hace décadas han encontrado en este lugar un hogar espiritual. “El Minuto de Dios se merece un templo especial porque es la casa de toda Colombia”, enfatizó.
El cardenal Rueda cerró su mensaje con una invitación amplia: “Cuando vengan a Bogotá, vengan a este suroccidente, al Minuto de Dios. Aquí encontrarán un hermosísimo templo que lleva la huella espiritual, misionera y misericordiosa del padre Rafael García Herreros”.
Con la reciente consagración del nuevo templo y el recuerdo de seis décadas de historia parroquial, la comunidad del Minuto de Dios reafirma su identidad en una iglesia que crece, se renueva y mantiene viva la misión de servir a todos.