En los momentos más difíciles, la Navidad nos recuerda que Dios no abandona su promesa. Jesús nació en una noche común para iluminar un mundo herido y dar esperanza a quienes la habían perdido. Su llegada sigue siendo un mensaje de luz para nuestra realidad actual.
Aun en medio de las sombras, la fe nos invita a reconocer que la presencia de Cristo sostiene nuestra vida. Él es la certeza que vence el miedo, la fuerza que transforma la tristeza en paz y el amor que hace nuevas todas las cosas. En su nacimiento encontramos la razón para seguir creyendo.
Que esta Navidad renueve nuestra confianza en Dios y nos impulse a vivir como testigos de su luz. El Minuto de Dios nos acompaña para recordar que la fe es un ancla firme incluso en los tiempos difíciles. Que la paz de Jesús permanezca en nuestro corazón.








