Por: Daniel Rojas Chía
Desde que Guardianes de la Galaxia Vol 1 salió a la luz en 2014, luego de grandes marcas como Iron Man o Spiderman, no pretendía ser tan importante en el MCU. Luego, sus personajes fueron tomando relevancia y el público adoptó a cada personaje de manera particular, lo que se reflejó en la taquilla, que se revalidó en el 2017 con el Vol.2, también de la mano del director norteamericano James Gunn.
Este año, la trilogía de uno de los mejores productos de Marvel llega a su fin y abre otras puertas, con una película melancólica y con los mismos recursos de las dos anteriores como la música y el humor como características de sus personajes para construir la historia en este mundo ubicado en algún lugar de la galaxia.
En esta entrega la banda de los Guardianes se instala en Knowhere. Pero sus vidas no tardan en verse alteradas por los ecos del oscuro pasado de Rocket (Bradley Cooper). Peter Quill, (Chris Pratt) aún conmocionado por la pérdida de Gamora, (Zoe Saldaña) que debe reunir a su equipo en una peligrosa misión para salvar la vida de Rocket de un artefacto, una misión que, si no se completa con éxito, podría conducir al final de los Guardianes tal como los conocemos.
Todo el elenco desde la primera entrega con Pratt, Zoe Saldaña, Dave Bautista, Vin Diesel, Bradley Cooper, Karen Gilian y otras incorporaciones que llegaron a posteriori como Pom Klementieff, siguen logrando compaginar entre sus conflictos personales y grupales, sobre cómo salir de situaciones difíciles ofreciendo continuos mensajes de amistad y de familia.
Gunn se da la licencia de colocar en sus películas canciones casi completas que recrean una atmósfera eficaz dentro de la estética de los tres volúmenes, marcando la profundidad y la intención emocional de ciertos personajes o delineando un momento específico para lo que viene. Cada personaje mejoró su profundidad, acercándose definitivamente al espectador o como en el caso de Rocket, que propone mensajes más potentes dentro de la historia como el del maltrato animal y la falta de conciencia sobre estos preciados seres que
habitan la tierra.
La historia es entretenida, aunque en ocasiones abusa de la repetición constante de las secuencias, que afortunadamente no se desgasta demasiado y no trunca el ritmo de la cinta que logra compensar algunos baches con humor y brutalidad espacial.
Si bien durante los últimos años el universo de Marvel entró en cierta decadencia conceptual y creativa, hasta cansar al público de tanto producto superheroico, Guardianes de la Galaxia Vol.3 es la mejor película de la trilogía con escenas conmovedoras y personajes ya consolidados dentro de la narrativa, mostrando cómo cada uno con sus características, interactúa sin entrar en momentos que dañen el ritmo de la película.
James Gunn, en su despedida de este universo cinematográfico arma una película entretenida de casi dos horas y media de duración, entre muy buenos efectos visuales, personajes que perduran como Groot y su inmortal frase yo soy Groot, buena acción, paisajes que captan toda la atención, la entrañable banda sonora, una paleta de colores vibrante y colorida y un buen villano. Este último llamado Alto Evolucionador (Chukwudi Iwuji) que refleja varios aspectos humanos hacia la en ocasiones, destructiva y nociva perfección, justificando cualquier medio para alcanzar un fin.
Guardianes de la Galaxia Vol.3 llegó en un buen momento para Marvel, refrescando un poco a su público y dando esperanza para que lo que venga no sea más de lo mismo.
Personalmente hay dos momentos que me impactaron profundamente hasta conmoverme y estoy seguro de que no pasarán desapercibidos, tal vez usted al ver la película tenga más momentos para recordar al salir del cine. Hay que decir que es una buena despedida de Gunn del MCU, que ahora tiene expectativas para la dirección del universo de DC, vamos a ver.