Por Ángela García y Angélica Parodi
Ciudad Verde es una ciudadela planificada y, como una cesta de mimbre tejida por campesinos que alberga naranjas vistosas, naranjas recién recolectadas, se ve a simple vista. La arquitectura de los proyectos, la diversidad de parques, lo moderno de los colegios, la acogedora biblioteca, 3 centros comerciales de mediana proporción, una cicloruta con cobertura total, una malla vial impecable y la montaña haciéndole cerco, hacen de esta ciudadela un lugar de ensueño para la clase trabajadora que huye aturdida de la Capital y espantada por los precios de vivienda.
Las proyecciones iniciales del megaproyecto Ciudad Verde hablaban de 150mil habitantes una vez terminadas las tres etapas del proyecto, pero hoy sin terminarlo, según Carlos Giraldo, secretario de movilidad de Soacha, residen alrededor de 200mil habitantes. La sobreexplotación demográfica es evidente, y pese a que cuenta con un paradero de buses convencional, dos rutas circulares que conectan con Transmilenio (TM) y una vía destapada para acceder al paradero del SITP de Bosa San José, en hora pico la congestión es abrumadora.
Buses Convencionales
Las Secretarias de Movilidad de Bogotá y Soacha habilitaron 5 rutas circulares que conectan a la Capital con Ciudad Verde. Las rutas trazadas son: R1 Éxito, con destino a la Av. 68 con calle 80; R2 Boyacá, con destino a la Av. Boyacá con calle 80; R3 Teusaquillo, con destino a esta Localidad; R5 Compensar, con destino a la Av Primero de Mayo con Carrea 11, y la R6 Abastos con destino a la Central de Corabastos.
La satisfacción de la habilitación de estas rutas se vio opacada con el reducido parque automotor disponible. Según Giraldo “el paradero de Ciudad Verde cuenta con una flota automotriz de 350 unidades, que se ha visto menguada por conceptos de renovación”; por su parte, los encargados del Patio Vehicular afirman: “contamos con 200 unidades vehiculares, de las cuales a diario sólo funcionan 150, debido al pico y placa y al mantenimiento de los buses”. Haciendo cuentas alegres si hay 150 buses disponibles para 5 rutas a cada una le corresponden 30 buses, de ahí que la filas en el paradero en hora pico sean interminables y la gente se desespere.
Otro de los factores que perjudican a la ciudadanía es la frecuencia de los servicios. El secretario de movilidad afirma: “en hora pico las rutas salen a 30sg máximo 1 minuto”, por su parte, los despachadores del paradero afirman: “en hora pico los buses salen máximo a 5 minutos”, pero la ciudadanía indica que, por ágil que esté el servicio, salen a 10 minutos.
Según Rosa, una vendedora informal de la zona, en hora valle salir de Ciudad Verde es aún más dispendioso, pues ella afirma: “las rutas tardan de 30 a 45 minutos, y en el caso de la de Teusaquillo puede tardar hasta 2 horas”, contrario a los 15 minutos afirmados por Giraldo y los despachadores.
Al tiempo de espera en el paradero se le debe sumar el de los trancones, según un estudio de la Universidad Javeriana, los usuarios de esta modalidad de transporte pierden en promedio 3 horas diarias transportándose, aun así, la prefieren porque se evitan los transbordos y los sobrecostos, la tarifa es de 1750 pesos en horario diurno y 1800 pesos en horario nocturno y los festivos.
SITP
Para que un residente pueda llegar hasta el paradero del SITP de Bosa San José, debe desplazarse en recorridos que van de los 5 a los 20 minutos a pie o hacer uso del transporte informal y asumir el sobre costo y los riesgos.
Según el informe de rendición de cuentas del SITP 2017, en este paradero se validan al día alrededor de 3000 pasajes. Fácilmente esta cifra se puede duplicar por la presencia de vendedores informales de pasajes, que mediante la modalidad de transbordo generan ganancias. La tarifa del servicio es de 2100 pesos y los transbordos no tienen costo para tarjetas personalizadas; por ello, los vendedores cobran 1500 pesos por el pasaje y generan su ganancia con los 2 transbordos gratuitos permitidos. Es decir, por 1 validación que les cuesta 2100 pesos, pueden vender 3 pasajes que les representan 4500 pesos, el margen de ganancia es de 2400 pesos, y el usuario se ahorra 600 pesos por pasaje.
Rutas Circulares
Dadas las proporciones del megaproyecto y la necesidad de sus habitantes de llegar a las estaciones de Transmilenio de San Mateo y Terreros, para dirigirse a Bogotá, la Secretaria de Movilidad del Municipio diseño dos rutas; una que abarca el costado occidental de la ciudadela y otra que va por el costado oriental.
Pese a que la tarifa estipulada para este servicio es de 800 pesos la ciudadanía en general se rehúsa a hacer uso de este servicio, alegando que las rutas trazadas los obligan a caminar de las principales vías de la ciudadela a los conjuntos en que residen.
La actitud negativa de la ciudanía es apoyada por el fenómeno de transporte informal presente en el sector.
Los Piratas
“Los Piratas”, como son conocidos en la zona, prestan el servicio de transporte desde la estación Terreros hasta la puerta de los conjuntos residenciales. Las tarifas no son fijas ni iguales, los carros tipo vans cobran 1000 pesos por el servicio, un 25% más costoso que el servicio legal; los taxis y carros particulares cobran 1200 pesos, un 50% más de la tarifa legal.
Una vez que en la noche han dejado de circular las rutas legales y antes de que reaparezcan, el precio del servicio informal se puede llegar a triplicar, esto dependerá de los acuerdos pactados entre los transportadores informales y quienes los articulan. Estos últimos, según Giraldo, les cobran a los conductores informales entre 5mil y 10mil pesos diarios por el derecho a circular.
El transporte informal, para movilizarse dentro de la ciudadela, son los mototaxis y bicitaxis, que cobran entre 2000mil y 5000pesos, dependiendo de la hora y el recorrido. Esta es quizás la opción más insegura para los ciudadanos. Al respecto Giraldo afirmó: “los accidentes en bicitaxis son frecuentes y las consecuencias de estos deben ser asumidas por los usuarios, al igual que cualquier prejuicio que padezcan producto de movilizarse en transporte informal”.
TransMilenio TM
Los residentes de Ciudad Verde acceden al servicio de TM a través de las estaciones de Terreros y San Mateo, donde reina el caos.
Las filas en hora pico pueden llegar a exceder el puente peatonal, y es apenas lógico que, según Giraldo “la estación de San Mateo valida a diario 110mil pasajes, casi el doble de la estación de la Calle 100, que es en proporciones dos veces más grande que esta”.
Actualmente de San Mateo salen sólo tres rutas: K43 con destino al Portal Dorado; E44 con destino a la estación Simón Bolívar; y una Ruta Circular con destino al Portal Sur. En Terreros sólo se pueden tomar las dos primeras. Al respecto German, un funcionario de TM, indico: “La insuficiencia de las rutas obliga a la mayor parte de los usuarios a transbordar por lo menos una vez para llegar a sus destinos”.
La tarifa de TransMilenio es de 2300 pesos, un 20% más costosa que la de los buses convencionales. A este costo se le debe sumar el costo que asumen los usuarios para legar a las estaciones.
Hagamos cuentas
Teniendo en cuenta que un usuario tiene tres formas y al menos tres tarifas para llegar a TM, el costo total por pasaje le puede llegar a costar 3500 pesos, suma que le alcanzaría para viajar en SITP ida y regreso, considerando el precio ofrecido por los vendedores informales de pasajes. También le alcanzaría para ir y volver en horario diurno en los buses convencionales o poner los 50 o 100 pesos faltantes si los recorridos son en horario nocturno o los días festivos.
En relación con usuario de TM en Bogotá, los usuarios de TM de Ciudad Verde deben pagar un 50% más por pasaje al no contar con el servicio de Rutas Alimentadoras que representan, en la composición tarifaria de TM, el 20%. Pese a ello el Tribunal Superior de Cundinamarca en un fallo le ordenó al Municipio proveer las rutas alimentadoras, sin el beneficio de descontar a los usuarios los 460 pesos del pasaje, ni la posibilidad de que este recurso llegue a manos de la Alcaldía de Soacha para ser administrado con este fin.
La descomposición económica y la pérdida de tiempo en transportarse a la que se ven sometidos los residentes de Ciudad Verde, es la principal problemática que lleva a los propietarios y arrendatarios a dejar la ciudadela.
Una vez se empieza a disfrutar de las naranjas en la cesta de mimbre y se va ahondando en su interior, la clase trabajadora que llegó con la ilusión de vivir en la ciudadela de ensueño se encuentra con la naranja podrida: la movilidad de Ciudad Verde que desangra su economía o se les roba la vida a bordo de un bues inmóvil en los tran