La primera condena se le impuso en marzo del 2016 como determinador de interés indebido en la celebración de contratos y cohecho propio en coparticipación criminal. Se le juzgó por haber entregado más de 6 mil millones de pesos en comisiones en la adjudicación de contrato de ambulancias en el 2009. Este caso significó una condena de 24 años de cárcel contra Moreno.
Luego, en febrero de este año, llegó la segunda condena contra Moreno, esta vez por 39 años de prisión y 50.000 salarios mínimos legales vigentes. Los cargos en este caso fueron concusión, cohecho propio, interés indebido en la celebración de contratos y peculado por apropiación, por su participación en los contratos de reparación de la malla vial, la valorización y un tramo de la tercera fase de TransMilenio, mientras era alcalde. En esta, además, el juez lo condenó a una inhabilidad vitalicia para ejercer cargos públicos.
Ya ahora la tercera una jueza de Paloquemao lo condenó por peculado por apropiación agravado y concierto para delinquir por el caso de la calle 26, y fue sentenciado a 30 años de cárcel y una multa de $26.780 millones de pesos.
La Fiscalía había pedido que la condena fuera de 33 años por este caso, en el que, según quedó demostrado, se modificó el contrato inicial que tenía el grupo Nule y se firmó un otrosí para que las obras de culminación quedaran bajo la responsabilidad de la empresa Conalvías, de Andrés Jaramillo López. Este caso hace parte de la trama de corrupción conocida como el ‘carrusel de la contratación’.
A Samuel Moreno le queda pendiente otro proceso, en el cual se investiga la adjudicación del contrato Tunjuelo-Canoas, para la descontaminación del río Bogotá, que habría estado mediada por un soborno de mil millones de pesos para que quedara en manos de la multinacional brasileña Odebrecht, juzgada por casos similares en todo el continente y en Colombia.
