Lo que está viviendo actualmente el Perú es una contingencia que se puede repetir en el continente, temas económicos, políticos, dependencia alimentaria y agrícola del exterior hacen la mezcla perfecta para que el 51% de la población viva en situación de inseguridad alimentaria y que el 20% de ese grupo sufre inseguridad alimentaria aguda, según los resultados de un estudio de 2021 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) .
La agencia afirma que la principal causa de esta inseguridad es una tasa de pobreza que este año alcanza a la cuarta parte de la población, impidiéndole cubrir su canasta básica de alimentos.
Ante esta situación, la mayoría de la gente no tiene más remedio que aliviar su hambre como puede, sin comer alimentos adecuados que contengan todos los nutrientes necesarios, como las proteínas. En partes de la selva amazónica peruana, hasta el 70% de la población está anémica.
La tasa de inflación anual de Perú para 2022 se ha mantenido por encima del 8% en los últimos meses, su nivel más alto en 24 años. Los alimentos básicos como el trigo, el arroz y el aceite de cocina se han más que duplicado en precio. El país fue golpeado gravemente por el coronavirus con la tasa de mortalidad más alta del mundo durante la pandemia: más del 0,65% de la población sucumbió al virus. Además, los confinamientos aumentaron el desempleo.
Sumada a la recesión derivada de la pandemia, la inflación, impulsada por la guerra en Ucrania, pesa mucho en las perspectivas de recuperación.
La FAO apunta, asimismo, que la mala gestión del gobierno, los malos hábitos alimentarios y la excesiva dependencia de los alimentos básicos y fertilizantes importados son razones adicionales de la crisis alimentaria en Perú. Se suma un aumento de precios como resultado de una serie de fenómenos mundiales, en especial la inflación en los combustibles.
Los fertilizantes químicos importados cuestan hasta cuatro veces más que hace un año, lo que obliga a los agricultores a reducir su uso. El temor es que esto afecte la producción de alimentos en los próximos meses y agrave las vulnerabilidades existentes en el país sudamericano.
Fuente: FAO