Por: Daniel Rojas Chia
Desde enero de 2020 y hasta 2023, Bogotá será liderada por una mujer progresista, en una Colombia conservadora y polarizada.
La nueva alcaldesa Claudia López tiene puntos claros desde su campaña, que espera reafirmar y consolidar con realidades que ayuden a consolidar a la capital como la ciudad de todos. La nueva alcaldesa no va a desarrollar ningún sistema de troncal de Transmilenio en la carrera Séptima; en vez de eso, anunció que todo el dinero que estaría destinado para llevar Transmilenio a la emblemática avenida lo usará para construir el metro a el sector de Suba y Engativá.
“La Séptima debe ser intervenida, pero como corredor ecológico”, dijo refiriéndose a que, según nuevos estudios y mediciones, se mirará si optará por un tranvía o un metro ligero.
Al igual que el exalcalde de Bogotá y Senador de la República Antanas Mokus, López le apostará a reactivar y consolidar la cultura ciudadana acompañada de la ‘ciudadanía ambiental’ y el consumo responsable en todos los rincones de la ciudad.
Es de esperarse los temas de género -gracias a que ella es mujer y además a que hizo parte de sus promesas de campaña- va a tener mayor visibilidad frente a los intereses de la alcaldía. Creará más medios de atención para los feminicidios y aumentará la atención hacia las mujeres; esto acompañado de medidas más estrictas sobre el cuidado del medio ambiente.
Uno de los aspectos interesantes de su campaña en lo que se refiere a la educación superior en Bogotá, es la de una educación sin Icetex y sin ningún sistema de endeudamiento con los estudiantes, ya que López pretende que la universidad pública sea completamente gratuita y, como consecuencia, no tendría por qué existir ninguna entidad que interceda en ese sentido.
La restructuración de la Universidad Distrital sería uno de los símbolos en contra de la corrupción, ya que la reputación de la nueva alcaldesa de la capital es de “incorruptible” y una de sus luchas más importantes desde su campaña y con la política actual es la lucha contra la corrupción, que parece estar incrustada en todas las instituciones de las corporaciones públicas.
Otro punto crítico en la ciudad es la seguridad, esta viene con números negativos desde hace má[DVRC1] s de dos años y sus indicadores están en picada por diferentes factores, como falta de trabajo, éxodo venezolano y densidad de población proveniente de todas las regiones de Colombia. Para eso López se propone que estén activos siempre más de 2000 policías a lo largo y ancho de la ciudad. Con esto, la alcaldesa no está proponiendo un aumentó en el pie de fuerza; lo que ella se propone es lograr es que la policía tenga una mayor efectividad en la lucha contra el crimen.
En cuanto a la protesta pública, López no impulsará ninguna norma que limite la expresión y el derecho a la protesta, pero sí impulsará el diálogo y la reconciliación para procurar respuestas claras y eficientes frente a cualquier tipo de inconformidad de algún sector de la ciudadanía.
En cuanto a la controversia sobre la Reserva Forestal Thomas Van der Hammen, que en diferentes alcaldías ha levantado ampollas, la nueva alcaldesa dice que protegerá los humedales no construyendo nada en ellos y trabajará por la rehabilitación del parque Entre Nubes.
La tarea de reconstruir socialmente y desde sus instituciones una ciudad con tantas problemáticas como Bogotá no es tarea fácil; pero al parecer la fuerza de voto que recibió por parte de la ciudadanía capitalina abrió la puerta para nuevas maneras de gobierno y visiones alternativas de gobernar sin los lineamientos tradicionales.