En un reciente debate de control político en el Concejo de Bogotá, se discutieron las causas y consecuencias de la actual emergencia hídrica que afecta a la capital. La concejal Heidy Sánchez, del Pacto Histórico, alertó sobre la gravedad de la situación, señalando que el racionamiento de agua podría extenderse hasta 2025 si no se toman medidas urgentes.
Durante la administración de Enrique Peñalosa, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EABB) ya había emitido alertas sobre la disminución en los niveles de los embalses del Sistema Chingaza. Sánchez destacó que factores como el cambio climático y la rápida expansión desordenada de la ciudad han exacerbado la crisis, sumado a una falta de planeación adecuada por parte de las últimas administraciones.
“El racionamiento va para largo, desde ya sabemos que en 2024 y 2025 no tendremos disponibilidad de agua a libre demanda”, advirtió Sánchez, que además reveló hallazgos preocupantes sobre presuntas contrataciones indebidas relacionadas con la potabilización del agua por parte de la EAAB, cuestionando la transparencia y eficiencia de las adquisiciones de insumos químicos para las plantas de tratamiento de agua potable.
Por su parte, el cabildante Ángelo Schiavenato criticó las fallas del Sistema de Gestión del Riesgo en la atención de los incendios forestales que afectaron a varios sectores de Bogotá durante los primeros meses de 2024. “En Bogotá no está funcionando el sistema de Gestión del Riesgo porque no está articulado con el Plan Distrital de Desarrollo, el Plan de Ordenamiento Territorial, y los recursos del sistema están administrados por funcionarios con serios cuestionamientos por parte de organismos de control”, denunció Schiavenato.
El incremento en la demanda de agua también ha sido un factor crucial en esta crisis. Según datos presentados por Sánchez, el consumo promedio de Bogotá ha aumentado significativamente desde 2017 pasando de 15,5 metros cúbicos a cerca de 17 durante la administración de Carlos Fernando Galán. Las proyecciones indican que la demanda seguirá aumentando, agravada por el crecimiento del sector inmobiliario y la construcción de nuevas viviendas.
La situación de los embalses es crítica. Desde 2018, la EAAB ha registrado una disminución histórica en las lluvias, lo que ha afectado la capacidad de recarga de los embalses. A pesar de las advertencias y la evidente tendencia de consumo superior a la capacidad de recarga, las medidas adoptadas hasta ahora no han sido suficientes para mitigar la crisis.
La concejal Sánchez hizo un llamado urgente a la administración actual para que tome medidas efectivas y planifique de manera adecuada para asegurar el suministro de agua en los próximos años. De lo contrario, Bogotá enfrentará un prolongado y severo racionamiento de agua que afectará gravemente a sus habitantes y su desarrollo económico.
