Por: Julieth Cicua
El mero es un pez de gran tamaño, apetecido por su agradable sabor, que se distingue por cambiar de sexo después de cumplir 10 años, gracias a diversas condiciones de los lugares que habita que pueden ser climáticas, poblacionales o sociales, que le ayudan a adaptarse a su entorno, que en esencia es lo que transmite La Estrategia del Mero (2025) del directorEdgar De Luque Jácome, que pone a dos personajes opuestos en un entorno sin escape, al que se deben adaptar para sobrevivir.

Esta película sigue a Samuel, el último pescador de meros a pulmón (pescar en profundidad sin equipo de buceo), y a su hija trans, Priscila (Samuelito), que vuelve a su hogar paterno huyendo de una adversidad. Allí, a pesar de las grandes diferencias que los separan, deben aprender a cuidarse mutuamente, a confiar y a adaptarse para reconstruir el vínculo roto hace muchos años.
El enfoque de la película es la relación entre padre e hija, mediada por el rencor, el abandono, la ignorancia y una enorme brecha comunicacional que no les permite a los personajes justificar el porqué de sus acciones, que solo piensan en cómo recuperar la normalidad en una vida sin el otro. Pero estar casi aislados en la Isla Aguja, los obliga a convivir para sobrevivir, a ser amables y a hablar mediante el cuidado del otro a falta de palabras.

La película está atravesada por el contexto machista del Caribe Colombiano, donde Samuel siente una enorme vergüenza al tener una hija trans, mientras ella apenas soporta la situación para sobrevivir. No obstante, conforme pasa el tiempo (y surge una necesidad), ambos personajes bajan la guardia, y aunque no están dispuestos a escucharse, se comprenden desde la soledad y los errores que ya no pueden enmendar.
Si bien para varios espectadores, algunos sucesos importantes, que marcan un antes y un después en la historia, son tocados de manera superficial debido a la naturaleza intimista del filme, no necesariamente les falta profundidad, ya que sensibilizan acerca de la discriminación y la violencia hacia la comunidad LGBTIQ+, a pesar de no buscar crudeza o morbo en las imágenes, porque el propósito es dejar una sensación indeleble y generarle preguntas a la audiencia.

Este pequeño, aunque caótico mundo también se explica con un diseño sonoro preciso, que no busca lágrimas fáciles, y que expresa las revoluciones internas de los personajes combinadas con el sonido de la brisa, las olas y el casi silencio bajo el mar. Además, presenta diálogos cortos, pero lo suficientemente reveladores como para entender el conflicto.
Esta obra filmada entre Colombia y República Dominicana es una muestra de cómo historias pequeñas, pocas locaciones y muchas manos, pueden crear historias profundas, evocadoras y universales sin la necesidad de caer en la narrativa de un culebrón desproporcionado lleno de clichés que no llevan a ningún lado.
La Estrategia del Mero llega a salas nacionales el 26 de junio como parte del Ciclo Rosa de la Cinemateca de Bogotá, que ojalá llegue a más ojos curiosos y deseosos de pequeñas historias con gran trasfondo.