Quién en Colombia no se ha deleitado con un chocolate al desayuno, o una torta, helado o un dulce de cacao, que nos alegra y nos da energía para todo el día.
El cacao en nuestro país es una tradición que se renueva cada día en infinidad de productos que van desde alimentos, confitería hasta medicinas y productos de belleza. Originaria del triángulo amazónico, esta planta se esta convirtiendo en los últimos años en una de las mejores opciones para el campo colombiano.
A través de la Federación Nacional de Cacaoteros -Fedecacao- se han venido desarrollando procesos de acompañamiento a los cacaocultores, investigación para el mejoramiento de los cultivos y plantas, así como la producción de productos terminados de calidad internacional para la exportación desde los mismos cultivos, como productos certificados de origen.
Toda esa magia de sabores, aromas, texturas se logran con el mejoramiento constante de los cultivos que se convierten en un elemento transformador y muy importante en la pacificación del país, como una opción comercialmente eficaz para reemplazar otros tipos de cultivos que tristemente han ayudado a mantener la crisis de paz y ambiental en Colombia.
Cacao es sinónimo de vida vegetal, de ambiente sano sin agroquímicos y otras acciones de la industria agrícola. Sin ser cultivos cien por ciento artesanales, requiere de un entorno compartido con otras plantas que aseguran su buena salud en el equilibrio que existe en su origen, la selva amazónica.
En esta ocasión “El Último Café” comparte la mesa con el cacao, conversando con Edward Baquero, presidente de Fedecacao en un diálogo donde se aprecia la importancia de este producto de alto consumo interno y ahora en un creciente mercado de exportación. Sabores, anécdotas y de manera especial una visión optimista y muy real de un sector en crecimiento en beneficio de todos los particiapntes de este sector agrícola de nuestro país.