Por: Karen Suárez
Una hija que insiste en recordar, un padre que olvida y una presencia incomprensible que todo lo confunde, así se construye Él, Eso y Ella, obra presentada el pasado 14 de mayo en el Teatro del Gimnasio Moderno. Coproducida por Gimnasio Actoral y Sin Grupo Clown, esta propuesta escénica dirigida por Juan Carlos Yela y protagonizada por Anderson Balsero, Daniela Cristo y Edlanes Montañes, se atreve a explorar el Alzheimer desde el lenguaje del clown.

Él, Eso y Ella representa una apuesta por la ternura, el humor y el dolor entrelazados en una narrativa profundamente humana. La historia sigue a Alfredo, un pintor de brocha gruesa que alguna vez tuvo todas las respuestas, ahora inmerso en el deterioro progresivo de su memoria. A su lado, Angie Yolima, su hija, intenta sostener los vínculos mientras lidia con el desgaste emocional de ver desaparecer a su padre, pedazo a pedazo. Y entre ambos, Eso, la personificación juguetona, absurda y omnipresente del Alzheimer.
“El Alzheimer no solo borra recuerdos, también redefine vínculos, exige paciencia y, muchas veces, obliga a construir nuevas formas de amar”, afirma Anderson Balsero, actor y creador de esta obra, escrita como un homenaje en vida a su padre, diagnosticado hace cinco años. La chispa inicial de la creación surgió en un momento íntimo y revelador: mientras bañaba a su padre, Anderson lo vio girar sobre su eje buscando un jabón que ya sostenía. De ahí nació el impulso de transformar el cuidado cotidiano en poesía escénica.
Para Juan Carlos Yela, director del montaje, el clown es una herramienta capaz de mirar el dolor a los ojos sin temerle. “Es un lenguaje que permite hablar de lo que no se puede explicar con palabras, para convertirlo en juego”, señala. En escena, la risa no evita la tragedia, de hecho la abraza, la desmonta y la comparte con el espectador.

Visualmente, la obra toma como referencia la pintura El dormitorio en Arlés de Vincent van Gogh, evocando sencillez y cotidianidad. La iluminación, diseñada por Humberto Hernández, forma parte fundamental de la narración, actuando como un cuarto personaje, que entra y sale, que recuerda y olvida. La luz representando a Dios y a Lisa, madre de Angie Yolima y pareja de Alfredo, acompañan los sentires y el dolor que atraviesan a los personajes.
El desarrollo de la obra, desde el encuentro entre Lisa y Alfredo, pasando por su fallecimiento, hasta el nacimiento y la vida de Angie Yolima, mantiene un ritmo ágil, emotivo y comprensible. A pesar de los saltos entre la memoria y la realidad que enfrenta Alfredo, la narrativa permite al espectador conectar con facilidad y empatizar con la experiencia de un ser humano que comienza a perder la memoria.

Él, Eso y Ella no solo es una obra sobre el Alzheimer, es una declaración de amor, una invitación a reír en medio de la pérdida, y una forma distinta de sostener la memoria cuando las palabras se desvanecen.
Quienes no pudieron asistir a esta primera función tendrán una nueva oportunidad para dejarse tocar por esta historia el próximo 28 de mayo en el Centro de la Felicidad de Chapinero, en una función pensada especialmente para acercar el arte a nuevos públicos y continuar la conversación sobre salud mental y vínculos familiares.