En visita de un día, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reúne con el papa Francisco en el Vaticano, busca reactivar sus relaciones con Italia, uno de sus mejores amigos en Occidente.
Esta es la tercera vez que se reúnen y no se descarta que se trate el tema de Venezuela, dado que el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado acababa de regresar de una visita de cuatro días a Rusia, durante la cual se reunió con el presidente y el ministro de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov, así como con líderes religiosos.
Es usual que jefes de Estado y de Gobierno le pidan audiencia al Papa, pero llama la atención que el líder de la Confederación Rusa se reúna con la máxima autoridad de la Iglesia católica tres veces. La primera vez fue a los icho meses del pontificado del cardenal Bergoglio cuando el “hombre fuerte” de Moscú lo visitó oficialmente en noviembre de 2013. La última vez que se estrecharon la mano fue en junio de 2015.
En la Unión Europea se espera que en este encuentro, se discutan nuevamente la cuestión de Ucrania, sobre la situación de los cristianos en el Cercano Oriente y la posibilidad que Francisco viaje a Moscú, dominios de la Iglesia ortodoxa rusa.
Una visita papal a Rusia “no está descartada, pero tampoco es necesaria”, dijo recientemente el arzobispo católico de Moscú, el italiano Paolo Pezzi, en entrevista con Radio Vaticano. Hace cuatro semanas, el obispo metropolitano Hilarión –encargado de los asuntos exteriores del patriarcado ortodoxo de Moscú– subrayó que, “de momento”, la presencia de Francisco en Rusia “no estaba en la agenda de las relaciones bilaterales”.