Por: Daniel Rojas Chía
Muchas son las adaptaciones que se llevan a cabo en la pantalla grande de innumerables obras literarias. En esta ocasión, es interesante ver que dos versiones del mismo cuento clásico salgan a la luz un mismo año. Por un lado, Disney dio un paso en falso con un life action de Pinocho dirigido por Robert Zemeckis, el mismo director de grandes películas como Forrest Gump (1994) o la trilogía de Volver al Futuro.
Este año, Netflix causa un gran alboroto al aceptar la propuesta del premiado director mexicano para que desarrolle una versión más del cuento que cumple 82 años pero que,sin duda, produce una gran expectativa y, no es para menos, el director nacido en Guadalajara, en compañía del también director de cine y animador Mark Gustafson, logran un clásico instantáneo del stop motion y del cine.
Cabe la pena señalar que Guillermo del Toro y Netflix utilizaron el estreno de la serie: El gabinete de curiosidades para impulsar aún más la expectativa de lo que sería la adaptación de uno de los cuentos más oscuros de Disney.
Pinocchio: de Guillermo del Toro es una versión musical en animación, ambientada en Italia durante la década de 1930 que, en la versión original, cuenta con un reparto estelar de voces como las de Ewan McGregor (Pepito Grillo), David Bradley (Geppetto) y el debutante Gregory Mann (Pinocho). También participan Finn Wolfhard, Cate Blanchett (ganadora del Óscar), John Turturro, Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Burn Gorman, Christoph Waltz (ganador del Óscar) y Tilda Swinton (ganadora del Óscar).
La historia, más que centrarse en la manifestación de vida de un muñeco de madera, desarrolla, en una mayor profundidad, el personaje de Geppetto, sus motivaciones, sus conflictos y sus cargas. Este personaje logra darle más matices a la historia y, con ella, también construir un Pinocchio lleno de profundas reflexiones acompañadas de entrañables compañeros ya conocidos del clásico de siempre.
Personajes como el Grillo, llamado Sebastián, que se encarga de narrar la historia y ser un personaje que da contexto a la escena siguiente, se mantiene importante en la narrativa gracias a la información que propone en la construcción de la trama, ya que Guillermo del Toro logra hacer que todos sus personajes sean necesarios y valiosos en la estructura de la película haciendo que cada uno represente, al parecer, una condición humana en el fin.
Las características estéticas de la cinta, acompañadas de la técnica en la que fue realizada como lo es el stop motion, le entregan a esta versión de la inmortal historia del muñeco de madera, una condición narrativa excepcional en donde, no solo Pinocchio es el eje la historia, sino las posteriores situaciones y consecuencias de la vida y la muerte, la percepción del tiempo y cómo el amor puede transformar la memoria hasta convertirlo en olvido como la vida misma.
Esta versión de Guillermo del Toro está preparada con todos los requerimientos del caso para la temporada de premios que se avecinan y, sin duda, será una fuerte candidata para ganar los galardones más conocidos por el público en el campo de la animación y, en el caso de los premios Oscar, la de mejor película animada de año.