El 9 de abril de 1948, en pleno centro de Bogotá, fue asesinado el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, una de las figuras políticas más populares y queridas por el pueblo colombiano. Juan Roa Sierra le disparó frente a la oficina donde trabajaba, truncando así la vida del principal aspirante a la presidencia de la República.
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Gaitán no era solo un político; para muchos representaba la esperanza de un cambio profundo en el país. Su muerte significó la pérdida de esa ilusión colectiva y desató un estallido social sin precedentes conocido como El Bogotazo. En medio del caos, se estima que más de tres mil personas murieron en la capital. La noticia de la muerte del llamado “Caudillo del Pueblo” provocó incendios en edificios gubernamentales, locales comerciales y en el tranvía. Las calles de Bogotá se convirtieron en un campo de batalla entre civiles, la policía y el ejército. La violencia se extendió rápidamente a otras ciudades del país.

¿Por qué mataron a Gaitán?
El autor material del crimen fue Juan Roa Sierra, un joven de 26 años que fue linchado por la multitud al intentar huir. Su muerte impidió conocer los motivos reales del asesinato, lo que dio pie a múltiples teorías que aún hoy siguen generando debate.
En su momento, las autoridades lo declararon una persona con problemas mentales, versión que no convenció a gran parte de la ciudadanía. Lo cierto es que Gaitán no era bien recibido en varios sectores del poder, pues sus ideas y propuestas iban en contra de los intereses tradicionales de las élites.
Un legado que camina con el pueblo
Hoy, 77 años después, Jorge Eliécer Gaitán sigue siendo un símbolo en la historia de Colombia. Su figura representa la voz de quienes han sido silenciados por exigir justicia y cambio social. Recordar el Bogotazo es también un llamado a no olvidar la lucha por la igualdad, la dignidad y los derechos del pueblo.
Como él mismo dijo alguna vez:
“Yo no soy un hombre, soy un pueblo. Y el pueblo es superior a sus dirigentes.”
