Por: Danniela Rodríguez
Cada 8 de abril, la comunidad gitana en Bogotá se reúne para conmemorar el Día Internacional del Pueblo Gitano, una fecha que para millones de personas pertenecientes a este pueblo es significativa.
Esta conmemoración también es reconocida como el Día Distrital del Pueblo Gitano en la ciudad, y representa una ocasión para visibilizar la presencia, los aportes culturales y los desafíos que enfrenta esta comunidad históricamente excluida.
Según la Secretaría de Integración social, esta fecha tiene sus raíces en el Primer Congreso Mundial del Pueblo Gitano, celebrado en Londres en 1971, donde se acordaron los símbolos universales del pueblo Rrom como la bandera y el himno “Gelem Gelem”.
Según cifras de la Secretaría de Gobierno, en Bogotá hay más de 600 personas que se identifican como parte del pueblo gitano, agrupadas principalmente en dos organizaciones: la Fundación para la Promoción del Pueblo Rrom de Colombia (PRORROM) y la Unión Romaní.
La población Rrom en Colombia ha sido reconocida oficialmente como grupo étnico por la Constitución de 1991, y desde entonces ha librado una lucha constante por la garantía de sus derechos, el respeto a sus costumbres ancestrales y la inclusión en los espacios de participación ciudadana.
Las Mesas Locales Gitanas, son instancias de concertación donde sus líderes discuten e inciden en las políticas públicas del Distrito y escenarios que permiten el fortalecimiento de la identidad Rrom.

Según el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC), el acompañamiento institucional ha sido clave para fortalecer las organizaciones gitanas. Desde allí se impulsan procesos de formación sobre derechos étnicos, mecanismos de incidencia política, y fortalecimiento organizativo.
Cada año, la ciudad organiza una serie de actividades conmemorativas en las que se han incluido, actos simbólicos como la tradicional ceremonia de lanzamiento de pétalos al río, en honor a los gitanos víctimas del genocidio durante la Segunda Guerra Mundial, encuentros culturales, conversatorios, muestras artísticas, y actividades deportivas, como partidos de fútbol entre comunidades gitanas y otros grupos ciudadanos.
Estas actividades también buscan romper estigmas debido a que a lo largo de la historia, el pueblo gitano ha sido víctima de estereotipos negativos que alimentan la exclusión social. Hoy en día persisten barreras relacionadas con la discriminación étnica y la falta de comprensión sobre las costumbres del pueblo Rrom.