La izquierda colombiana, que en 2022 aglutinó fuerzas diversas para llevar a Gustavo Petro a la Presidencia con 11,2 millones de votos, enfrenta hoy una fragmentación profunda que amenaza su unidad electoral. En entrevista con UNIMINUTO Radio, el profesor John Freddy Gómez analiza al menos tres o cuatro bloques en pugna –Pacto Histórico, Fuerza Ciudadana, Unitarios con fuerza sindical y Comunes–, con listas separadas para las legislativas de marzo y posibles precandidatos presidenciales que compiten entre sí.
Esta crisis se acelera con sanciones del Consejo Nacional Electoral (CNE) a la campaña de Petro, que podrían destituir a Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol, por presuntas irregularidades financieras junto a la tesorera y auditora del Pacto Histórico. El académico cuestiona la neutralidad del CNE, dominado por correlaciones partidistas, y denuncia una “diptocracia” generalizada: campañas que superan topes de gasto y subordinan la democracia al poder económico, como se vio en la reelección de Donald Trump con apoyo de millonarios como Elon Musk.

El Pacto Histórico, coalición de unos seis partidos como Colombia Humana, el Comunista y Polo Democrático, ya muestra fisuras internas sobre el estatus de Colombia Humana y cuotas de poder. Fuera de él, Fuerza Ciudadana de Carlos Caicedo –con 1 a 2,5 millones de votos potenciales– mantiene autonomía desde 2022 y apunta a su líder como precandidato, tras su elección atípica en Magdalena. Otro bloque unitario, liderado por Clara López Obregón y Roy Barreras con base sindical (1 a 1,5 millones de votos), junto a Comunes del proceso de paz, prepara listas propias; podría sumarse una cuarta vía con Verdes y libertarios de izquierda.
Figuras clave marcan distancia: Caicedo critica abiertamente al Gobierno, mientras la exesposa de Petro renuncia a Colombia Humana denunciando violencia interna. “La izquierda es programática y pragmática la derecha; eso impide acuerdos”, advierte el profesor Gómez, quien prevé dispersión de votos en legislativas y dificultad para repetir el caudal petrista en Presidenciales de 2026.
Aunque un Gobierno progresista podría reconfigurar alianzas, las fracturas legislativas erosionan la gobernabilidad. La derecha, más pragmática, observa y prepara jugadas para capitalizar el desgaste, en un país donde el dinero define cada vez más el tablero electoral.
Escuche el análisis de Gómez a continuación.








