Con base en las cifras de la Secretaría de Seguridad y la Policía reportadas en el año 2023 y 2024 la Concejal Diana Diago ha logrado concluir que en Bogotá cada hora roban a 15 personas (363 al día). De acuerdo con los datos, la capital del país es la ciudad donde más roban en Colombia, pues por cada 100.000 habitantes registró una tasa de 2007,6, en comparación con ciudades como Neiva (1645,7), Pasto (1620,8), Bucaramanga (1529) y Villavicencio (1263,1), ciudades que continúan con el ranking.
La localidad de Los Mártires se encuentra en alerta roja, ya que se encuentra en el primer lugar de registro por hurtos a personas en toda la ciudad, con una tasa de 10.980 casos por cada 100.000 habitantes al año.
Esta localidad es un motor económico clave para la ciudad, especialmente durante la temporada navideña, por eso existe un altísimo riesgo de que se agrave la situación de inseguridad en el sector. Resulta de suma preocupación que no haya un plan de acción por parte del alcalde Galán para combatir a los delincuentes.
“Los bogotanos están a merced de los delincuentes. Vemos que los criminales se apoderaron de San Victorino, el fin de semana pasada una balacera en plena zona comercial y la administración Galán sigue sin ejecutar un plan de choque contra el crimen. Es necesario que se fortalezca el pie de fuerza, pero lo más importante trabajar en conjunto con los comerciantes de la zona, e impulsar campañas de denuncia. Estamos a finales de noviembre y aún no han presentado un plan de contingencia para la temporada navideña,” mencionó la concejal Diago quien también le exigió al gobierno distrital: “Garantizar un espacio seguro a todos los bogotanos que van a esta zona comercial a comprar sus regalos de fin de año.”
Otras localidades como Chapinero (8.347), Santa Fe (8.165) y La Candelaria (7.110) también enfrentan tasas alarmantes de hurtos por cada 100.000 habitantes.
Esto no es todo. La comunidad del sector se ha organizado y acudido a las vías institucionales en busca de soluciones, pero los resultados son insuficientes. Incluso, la comunidad tuvo que interponer una acción popular con relación al uso del espacio público que fue fallada a favor de los vecinos del sector, pues el aumento de ventas ambulantes e informales en la zona generó un foco de inseguridad en el sector y la comunidad organizada solicitó la recuperación del espacio público. Esto demuestra el abandono del sector.