Por: Juan Esteban Solano Montero
Flamengo y Racing regalaron un partidazo en su enfrentamiento por semifinales en el mítico Estadio Maracaná. Los mengaos les ganaron la pulseada a los argentinos y están a 90 minutos de jugar otra final del torneo más importante del continente, la Copa Libertadores.
Los dirigidos por Filipe Luis dieron una clase magnífica de cómo jugar al fútbol. Desde el pitazo inicial demostraron por qué son considerados los favoritos a llevarse el trofeo y pusieron a bailar samba a los argentinos. El responsable de marcar el ritmo fue un colombiano, Jorge Carrascal, que hace pocos años salió maltratado y resistido por la prensa argentina después de su paso por River Plate.
Hasta hace no mucho, Carrascal atravesaba su propia guerra fría porque se encontraba varado en el fútbol ruso. Tras un paso poco fructífero por River Plate, el cartagenero hizo las maletas y partió hacia Rusia, decisión que la prensa calificó como un final prematuro para su carrera, pues con la exclusión del fútbol mundial de Rusia, no era descabellado pensar que las afirmaciones de la prensa eran correctas.

Fue entonces cuando apareció Flamengo, pues mientras los aficionados y la prensa daban por acabado a Carrascal, el gigante brasileño desembolsó 12 millones de dólares por el colombiano: Filipe Luis fue en contra de lo que se daba por hecho y se la jugó por él. Y hoy, cuando las papas quemaban, Jorge Carrascal disipó cualquier duda o pregunta sobre su valía y en el estadio en donde se han consagrado estrellas de talla mundial, le demostró al mundo del fútbol que su carrera está más viva que nunca.
En el último tiempo, gracias a las redes sociales, se ha instaurado una especie de “verdad única” en la que se piensa que Carrascal es un mal jugador, uno más del montón, pero por partidos como el que jugó contra River Plate, es posible confirmar que no pueden estar más equivocados.
Para el hincha casual, Jorge Carrascal será un incomprendido toda la vida, pero para el amante del fútbol, el colombiano desprende ese realismo mágico que tanto le da vida a este deporte. Que las redes sociales sigan negando la realidad, que sigan engañados en la mentira, que sigan pensando que Carrascal es malo, que él con su fútbol sigue consolidándose como el mejor jugador del continente.








