El Ministerio de Comercio chino consideró la subida arancelaria estadounidense del 10 por ciento a exportaciones chinas valoradas en 300.000 millones de dólares, con efectos a partir del próximo 1 de septiembre, como “una grave violación de la reunión entre los jefes de Estado de China y EE. UU.”.
“Se ha acordado que la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado no descarte gravámenes a la importación a productos agrícolas de EE. UU. recientemente adquiridos después del 3 de agosto, y las empresas chinas relacionadas han suspendido la compra de productos agrícolas estadounidenses”, indica el texto.
Este anuncio supone un peldaño más en el incremento de las tensiones en la guerra comercial que ambos países libran desde el pasado año. La víspera, en lo que varios analistas consideraron también una respuesta a los nuevos gravámenes decididos por Trump, el yuan chino rompió la barrera psicológica de las siete unidades por cada dólar, algo que no sucedía desde abril de 2008.
El Ministerio de Comercio chino se vanaglorió de la “enorme capacidad de mercado” del país y se arrogó “unas perspectivas brillantes para la importación de productos estadounidenses agrícolas de alta calidad”.
Sin embargo, dejó claro que estas “perspectivas brillantes” van sujetas a que Washington “ponga en marcha el consenso alcanzado en la reunión entre los jefes de Estado de China y EE. UU., y tenga la confianza de poner en práctica los compromisos para crear las condiciones necesarias para la cooperación en el sector agrícola entre ambos países”.
rml (efe, afp)