La ciudad de Medellín recibió nuevamente una final del Fútbol Profesional Colombiano. En las tribunas del Atanasio, miles de hinchas del DIM agitaban ramas de ruda, la planta que se dice es de buena suerte. “Una cábala” que se creía que podía inclinar la balanza, ahuyentar las malas energías y guiar al ‘Poderoso’ hacia su séptima estrella. Pero en la cancha, fue Santa Fe quien impuso su propio destino. Sin supersticiones, con fútbol, sacrificio y un héroe vestido con la capa numero 11, el León rugió en patio ajeno y se quedó con la Liga BetPlay 2025-I.
Ante más de 40 mil hinchas vestidos de rojo y azul, Independiente Santa Fe remontó el marcador de la gran final y sumo su décima estrella en el Fútbol Profesional Colombiano. Una noche histórica que quedará en la memoria del pueblo cardenal.
El primer golpe fue poderoso
El ambiente en el Atanasio era imponente. Las graderías del Poderoso adornaron un gran tifo por parte de la hinchada del Deportivo Independiente Medellín, cargadas de fe y hojas de ruda, en cada rincón se sentía que la gente creía en el poder de la superstición para romper una sequía de títulos y terminar la mala racha del conjunto paisa en las finales.
Al minuto 17, Francisco Fydriszewski abrió el marcador tras una rápida transición ofensiva comandada por Francisco Chaverra. La tribuna estalló y grito el tan anhelado gol. El Medellín se iba arriba en la serie y parecía que la historia iba a inclinarse de su lado. Pero, el equipo “cardenal” no se descompuso y continuó buscando la hazaña que lo llevaría a ser campeón de Colombia. Los dirigidos por Jorge Bava mantuvieron el orden defensivo y respondieron con fútbol.
El despertar del León
Al minuto 31, luego de un saque de banda largo ejecutado el lateral Elvis Perlaza y una serie de rebotes en el área, apareció Harold Santiago Mosquera para empujar la pelota de cabeza y empatar el juego. El 1-1 silenció a toda la hinchada local, “los fantasmas” de las finales previas se empezaban a sentir. Desde ese momento, el trámite fue más parejo, con ambos equipos cuidando cada movimiento, conscientes de que un error podía costar el título.
El rugido del título
Corría el minuto 77 del compromiso y una imagen que dejaba con preocupación al cuerpo técnico de Santa Fe. El referente Hugo Rodallega entre lagrimas anunciaba una lesión en su pierna derecha, todo indicaba que el delantero abandonaría el terreno de juego pero, alejado completamente de la realidad, se reanudo el juego con Rodallega cojeando en el área rival. Edwar Lopez desequilibro a la defensa “poderosa” y dio el pase de la vida al punto penal del arco sur, allí apareció sorpresivamente y desapercibido sin marca. defensiva “Hugol” y con el último esfuerzo físico que le quedaba en su cuerpo, remato con un “derechazo” y envió el balón al fondo de la red defendida por el arquero uruguayo Washington Aguerre. Un gol que quedara para la historia y memoria de todos los hinchas cardenales, el capitán en el suelo, sin poder celebrar ni caminar y con lagrimas en los ojos, cumplió con su parte. Con una secuencia poco vista en el fútbol moderno, una secuencia que solo podía tener lugar en la gran final, una secuencia de garra y amor por la institución que representa.
Un desenlace ya antes visto
Con el pitazo final se cerro un nuevo capitulo de las finales de FPC, Santa Fe campeón en Medellín. La historia fue la misma, tal como ocurrió en 2014, un empate por un gol en Bogotá y en Medellín Santa Fe se consagro campeón venciendo 2 a 1 al Deportivo Independiente Medellín. Una victoria de carácter, de convicción y de FE.
Mientras en la tribuna local quedaban las hojas de ruda marchitas, en el campo celebraban los que nunca dejaron de creer en sí mismos. El León volvió a rugir, y levanto su décimo título de liga.
