La Policía Federal y la Policía Civil del Distrito Federal de Brasil (que incluye a la capital, Brasilia) realizan este jueves una operación para identificar y detener a los bolsonaristas radicales que el pasado 12 de diciembre provocaron varios actos vandálicos en la ciudad.
En un comunicado, la policía informó que la llamada “Operación Nero” tiene como objetivo perseguir actos delictivos como “el vandalismo contra la 5ª Comisaría de Policía, además de incendios criminales contra vehículos y autobuses”.
El 12 de diciembre, día en que el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva recibió su diploma de presidente, varios bolsonaristas radicales intentaron invadir una sede de la Policía Federal en Brasilia, quemaron vehículos y autobuses y se enfrentaron con violencia a las fuerzas de seguridad.
La policía cumple ahora 32 mandatos de registros y arrestos, y los detenidos podrán ser acusados de delitos como asociación criminal, abolición violenta del Estado de Derecho y golpe de Estado, cuyas penas máximas sumadas pueden llegar a los 34 años de cárcel.
Se anuncia que el presidente saliente Jair Bolsonaro no estará presente, ni tampoco el vicepresidente Hamilton Mourão, se han declarado dispuestos el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, del Partido Progresista (PP), o el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, del Partido Social Demócrata (PSD). El Partido de los Trabajadores (PT) propone que sea Dilma Rousseff, apartada de la presidencia en 2016 tras un impeachment.
La agenda del presidente electo para el domingo ha sido planificada hasta el último detalle. La ceremonia tendrá lugar en el edificio del Congreso a partir de las 13:45, desde donde partirá la comitiva presidencial a las 16:20 para dirigirse al Palacio del Planalto. El concierto comenzará cuando haya terminado la ceremonia oficial. Aún no se sabe en qué coche desfilará Lula. Ya sea el Roll Royce abierto que usó Bolsonaro en 2018 o un vehículo blindado y cerrado para evitar cualquier peligro de atentado.