En una década como los 90’s, en donde la humanidad comenzó a ver las innovaciones como parte de su cotidianidad y sucesos importantes como el internet que creció exponencialmente, Mike Lazaridis (Jay Baruchel) y su mejor amigo Douglas Fregin (Matt Johnson) desde la localidad de Waterloo en Canadá, preparan el prototipo de un dispositivo celular llamado Pocketlink que posteriormente, cambiaría el curso de la información a como se la conoce hoy día.
El director de cine canadiense Matt Johnson, que además desarrolla un papel clave en la película con su personaje de Douglas, cuenta una historia por la que casi nadie se preguntaba, como es la de los fundadores de Research In Motion (RIM) la compañía creadora de la famosa marca de teléfonos inteligentes Blackberry.
Esta es otra película que se une a la lista de aquellas que muestran importantes eventos tecnológicos y grandes personalidades contemporáneas, como en la cinta Steve Jobs (2015) dirigida por Danny Boyle o en la reconocida Social Network (2010) dirigida por David Fincher.
En poco menos de dos horas Blackberry narra una sorprendente historia que desde el comienzo ubica al espectador en la época, mediante un recurso visual parecido al utilizado en Air: la historia detrás del logo (2023), para dar un contexto y entrar de lleno en la presentación de personajes y sus posiciones claves.
Cuando todo parece se centraría en el personaje de Mike Lazaridis, la presencia en pantalla del actor nacido en Japón Glenn Howerton, para mí, el mejor papel de la película, interpretando al despiadado hombre de negocios Jim Balsillie, capta toda la atención y genera la mayor tensión en la narrativa, logrando que nunca pierda el ritmo y haciéndola cada vez más interesante.
La puesta en escena del director logra entrar en sintonía con la época, y plantea ideas importantes con relación al capitalismo salvaje y despiadado que solo alimenta la inmediatez. Esta idea de revolucionar el mercado y buscar inversionistas bajo la ingeniería de Lazaridis, muestra cómo revolucionó las telecomunicaciones bajo el concepto de la información y lo importante que fue para el desarrollo de ese multimillonario mercado. Casi sin saber, el espectador se sumerge en un despiadado mundo, donde el mercado no espera y la palabra innovación se convierte desde ese momento, en la lámpara que atrae más moscas.
Con un presupuesto ajustado, el director canadiense logra una historia interesante, con un ritmo ágil desde el auge hasta la decadencia de las ideas que solo son juzgadas por el mercado, al tiempo que plantea la idea base del teléfono inteligente, clave para que empresas como Apple revolucionara el mercado con su Iphone que prácticamente cambiaría el curso de la humanidad.
Blackberry habla de cómo se desarrolló el teléfono móvil, y logra poner en perspectiva cómo las telecomunicaciones cambiaron para siempre la interacción entre las personas, cómo una nueva versión de las cosas hace que la anterior sea obsoleta, y cómo los grandes estrategas de marketing hicieron que un teléfono se convirtiera en una necesidad y en un símbolo de estatus. Juzguen ustedes.