Cuando una película toca temas neurálgicos en la región, como la educación de los más chicos, cualquier espectador puede llevarse una idea de qué tipo de historia se encontrará, más en una zona apartada y olvidada por las autoridades, como lamentablemente pasa en Matamoros (México) y en muchas partes de América Latina.
La educación en la región no registra avances destacables desde 2013, según la ONU, Incluso un año antes de la pandemia, más del 40% de los estudiantes de tercer grado y más del 60% de los de sexto de primaria no alcanzaban el nivel mínimo de competencias fundamentales en lectura y matemáticas.
Radical, película dirigida por Christopher Zalla muestra una historia basada en hechos reales de cómo un maestro llega a impactar en la educación de un grupo de niños afectados por la violencia, la corrupción y su entorno hostil, cuando el profesor Segio (Eugenio Derbez) quiere implementar una estrategia radical para desbloquear la curiosidad y el potencial de sus alumnos.
Estas narrativas son ampliamente conocidas por cualquier espectador, pues siempre buscan conmoverlo y llevarlo a lugares comunes donde el mensaje entre problemas sociales intenta crear una esperanza y construir un clímax en la historia donde los niños están atrapados en una realidad que sofoca su desarrollo, y luego pensar que hay otra alternativa, y esta no es la excepción.
La película cuenta la historia de los estudiantes de la Primaria José Urbin López en Matamoros, que fueron evaluados como los peores estudiantes de México; su mundo está lleno de dificultades y en las aulas no encuentran oportunidades. La violencia, la falta de oportunidades y una proyección de vida hacen que estos niños no miren más allá, y es ese momento donde la cinta encuentras su camino.
Desde la buena construcción del personaje del actor mexicano Eugenio Derbez, que, sin exageraciones ni ideales fantásticos, sino enfocándose en lo humano y más cercano a nuestra sociedad, encuentra en un elenco lleno de actores naturales, un equilibrio entre la historia, el ritmo y no decaer en trivialidades típicas de este tipo de historias, donde no se olvida la realidad y sus consecuencias.
Personajes claves en los arcos narrativos como el Director Chucho (Daniel Haddad) le imprimen a la historia la calidez de lo humano, cuando el espectador espera que sólo provenga de los niños, pero la historia se va entretejiendo de manera interesante, hasta convertirse en algo genuino que sale de los moldes típicos de estas historias.
En mi opinión, Radical encuentra un buen equilibrio entre actuaciones, una locación desesperanzadora que le da un tono melancólico a la historia, necesaria para su desarrollo y un empuje justo desde una figura reconocida como es el actor mexicano Eugenio Derbez que desde el cartel está muy presente.
Una cinta que llega a donde tiene que llegar de buena manera, que recuerda la importancia de sembrar el sentido crítico en una educación malgastada y corrupta como la latinoamericana, pero con la esperanza intacta del talento escondido en cada rincón de este continente lleno de maravillas, que muestra de nuevo, la vital importancia de la educación en el tejido social y el desarrollo de cada persona.
Personalmente, una de las mejores películas de este año por su ritmo, por cómo se apropia del tema, sin olvidar las realidades ni proyectando esperanzas falsas, con buenas actuaciones y dos puntos de giro que conmueven hasta las lágrimas. Juzguen ustedes.