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Dólar en Colombia cayó por debajo de los $4.000 esta semana

Se trata de una cifra que no se registraba desde mediados de 2023. ¿Qué está impulsando esta tendencia y cómo impacta la economía nacional?

Por: Danniela Rodríguez

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Durante las últimas semanas, el valor del dólar en Colombia ha venido descendiendo de forma constante, una de las caídas más significativas en lo que va del año.

La tasa representativa del mercado (TRM) se situó este jueves por debajo de los $4.000 pesos por dólar, un nivel que no se veía desde hace casi un año.

Esta tendencia ha generado preguntas, incertidumbre y también oportunidades para ciudadanos y para empresas, pero ¿por qué el dólar está bajando? ¿Qué implica esto para la economía nacional? Y sobre todo, ¿es una situación temporal o una señal de cambios más profundos? A continuación, las causas, efectos y proyecciones de esta tendencia.

Según cifras del Banco de la República, la TRM oficial del 3 de julio fue de $4.006,46, una disminución de más de $400 pesos frente a su valor a comienzos de 2025, cuando superaba los $4.400. En algunas operaciones del mercado cambiario, incluso se ha llegado a transar por debajo de los $3.970, cifras no vistas desde mediados de 2023.

Este comportamiento no se explica por una sola razón, sino por una combinación de factores internacionales y locales que han coincidido.

En el mundo el dólar ha perdido fuerza frente a otras monedas. El índice DXY, que mide el comportamiento del dólar frente a otras seis monedas fuertes como el euro, el yen japonés o la libra esterlina, ha caído cerca de un 10% en lo corrido del año.

Las razones de este fenómeno son varias: las tasas de interés en EE.UU. tras varios años de aumentos agresivos para controlar la inflación son menos estables, la Reserva Federal ha frenado los incrementos y se espera que en lo que queda de 2025 comience a bajarlas, pues cuando las tasas bajan, los inversionistas tienden a mover su dinero a países que ofrezcan mejores rendimientos, debilitando al dólar.

Otro factor es la pérdida de confianza en la política económica estadounidense. La reelección de Donald Trump ha venido acompañada de anuncios de mayores aranceles, presión a la Reserva Federal y una postura económica proteccionista que ha generado incertidumbre sobre el futuro del comercio y la estabilidad fiscal de EE.UU. y con menos tensiones geopolíticas en el primer semestre del año, muchos inversionistas están dispuestos a asumir más riesgo e invierten en países emergentes, cuyas monedas se ven beneficiadas.

El fortalecimiento del peso colombiano no es solo reflejo de un dólar débil, sino también de condiciones internas favorables: el precio del petróleo se mantiene estable en Colombia, que sigue siendo un exportador importante de crudo, y aunque el precio internacional no está en máximos, se ha mantenido por encima de los $70 por barril, lo que representa un ingreso constante de dólares para el país.

El aumento en el turismo y exportaciones no tradicionales que según cifras de ProColombia, superaron los USD 2.800 millones en el primer trimestre de 2025, ubicándose por encima del café y el carbón. Esto significa más dólares entrando a la economía.

El interés de inversionistas extranjeros en deuda local también es clave. Las tasas de interés en Colombia aún se mantienen altas, lo cual atrae capital extranjero, estos inversionistas compran activos en pesos, lo que aumenta la demanda por la moneda nacional y presiona el precio del dólar a la baja.

La caída del dólar tiene efectos diversos, algunos positivos y otros más complejos. Viajar al exterior es más barato, con un dólar más barato, los pasajes aéreos, hoteles y compras en el extranjero se hacen más asequibles, así como productos importados de tecnología, vehículos y bienes que dependen del dólar y que pueden reducir su precio o dejar de subir.  

Las empresas o personas con créditos en dólares también se benefician, pues sus obligaciones se hacen más baratas en pesos.

Sin embargo existen desventajas frente a esta situación: los exportadores reciben menos por sus ventas, empresas que venden al exterior en dólares ahora reciben menos pesos por cada unidad exportada, lo que afecta sus márgenes de ganancia. También hay menores ingresos fiscales por exportaciones, y si el país recibe menos por exportar petróleo o café, también disminuye el recaudo de impuestos asociado a estas actividades.

Aunque la tendencia a la baja es clara, no hay garantía de que se mantenga en el largo plazo. Algunas proyecciones, como las de Fedesarrollo, Davivienda o Banco de Bogotá, estiman que el dólar podría cerrar el año entre $4.200 y $4.300, es decir, un nivel superior al actual.

Esto dependerá de varios factores: si la Reserva Federal en EE.UU. baja sus tasas más rápido de lo esperado, podría generar más presión bajista sobre el dólar. Si en Colombia se presentan tensiones políticas, incertidumbre fiscal o desaceleración económica, el peso podría volver a debilitarse. Eventos inesperados, como conflictos geopolíticos o crisis financieras, también pueden alterar el rumbo actual.

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: jorge.perez@uniminuto.edu

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