Por: Andrés Camargo
El complejo de templos de Karnak, cerca de Luxor (Egipto), es uno de los centros religiosos más grandes y majestuosos del mundo antiguo. Durante casi 150 años, los arqueólogos han excavado sus recintos, revelando una historia de faraones y dioses que abarca milenios.
Sin embargo, una pregunta permanecía sin respuesta: ¿por qué se construyó exactamente en este lugar? Una reciente investigación realizada por la Universidad de Cambridge resolvió el misterio.
El paisaje original de Karnak era radicalmente distinto al que vemos hoy. Lejos de ser una simple ribera del Nilo, el templo original se erigió sobre una isla; un pedazo de tierra elevado que pudo haber sido elegido por su profundo simbolismo religioso, conectando la arquitectura con el mito egipcio de la creación.
¿Cómo descubrieron este paisaje perdido?
Para reconstruir un entorno desaparecido hace más de 4000 años, el equipo de investigadores realizó el primer sondeo arqueológico exhaustivo de la zona. Esta es una excavación que se realiza en un terreno para verificar la presencia de restos arqueológicos, determinar la naturaleza y extensión del yacimiento.
Utilizando taladros manuales y de percusión, los científicos extrajeron 61 núcleos de sedimento, algunos de hasta 11 metros de profundidad. Estos núcleos funcionan como una máquina del tiempo geológica: cada capa de arena, limo y arcilla cuenta una parte de la historia del río Nilo.
Dentro de estas capas, el equipo analizó miles de fragmentos de cerámica, cuya tipología permitió fechar con precisión cuándo se depositaron los sedimentos.
Al conectar los datos de todos los núcleos, los investigadores crearon un mapa tridimensional del subsuelo, revelando la existencia de antiguos canales fluviales y un segmento de terraza elevado justo donde se fundó el templo.

¿Por qué construir un templo en una isla?
La elección de esta isla no parece casual y responde a una lógica doble: una práctica y otra simbólica.
Desde lo práctico, el terreno elevado (a unos 72 metros sobre el nivel del mar) ofrecía un lugar seguro para la construcción, protegido de las inundaciones anuales del Nilo.
Sin embargo, la razón más poderosa pudo ser religiosa. Este montículo de tierra rodeado de agua encajaba a la perfección con la cosmogonía del antiguo Egipto. Según sus mitos de la creación, el mundo comenzó cuando un “montículo primigenio” emergió de las aguas caóticas del Nun (una sustancia que representaba el origen de la vida).
Cada año, al retirarse la inundación del Nilo, la isla de Karnak habría recreado visualmente este mito, pareciendo “elevarse” desde las aguas circundantes.
Este fenómeno habría convertido al templo en un escenario viviente de la creación; el lugar perfecto para la morada del dios Amón-Ra (la deidad suprema).
Los textos religiosos más antiguos de Egipto, los Textos de las Pirámides, ya mencionan la idea de que el dios creador se manifestó como un “terreno elevado”.
¿Cuándo se fundó realmente Karnak?
El estudio también ofrece una nueva cronología para los orígenes del templo. El análisis geológico demostró que la terraza sobre la que se asienta Karnak terminó de formarse hacia el año 2520 antes de Cristo (a.C).
Antes de esa fecha, la zona estaba cubierta por las aguas rápidas del río, lo que la hacía inadecuada para cualquier construcción permanente. Una vez que los canales del Nilo tallaron la isla y esta quedó elevada y seca, fue posible la ocupación.
Los restos de cerámica más antiguos encontrados directamente sobre la terraza datan de finales del Reino Antiguo o del Primer Período Intermedio (entre 2305-1980 a.C).
Esta evidencia científica descarta un origen predinástico para Karnak, como se pensaba originalmente, y establece que la ocupación permanente del sitio probablemente comenzó en algún momento durante el Reino Antiguo (entre 2591-2152 a.C).
¿Qué pasó con los ríos que rodeaban el templo?
El Nilo es un río dinámico, y los canales que formaron la isla de Karnak no fueron permanentes.
La investigación reveló la existencia de un importante brazo del Nilo al este del templo, que fue un canal principal durante la primera historia del sitio. Al mismo tiempo, existían otros canales menores al oeste.
Con el paso de los siglos, estos canales se desplazaron o se llenaron de sedimentos de forma natural. Los habitantes de Karnak no solo se adaptaron a estos cambios, sino que también los aprovecharon.
A medida que los canales occidentales se secaban, expandieron el templo en esa dirección, construyendo los famosos pilonos y salas hipóstilas sobre tierra nueva.

En un notable ejemplo de ingeniería proactiva, los constructores del Reino Nuevo llegaron a rellenar deliberadamente parte de un canal con casi cuatro metros de arena del desierto, creando una base sólida para nuevas construcciones.
Este estudio demuestra que la evolución de Karnak, desde un modesto santuario en una isla hasta uno de los complejos religiosos más influyentes de la historia, sólo puede entenderse al conocer su entorno en constante cambio.
La historia del templo está escrita, además de piedra, en las capas de arena y limo depositadas por el Nilo a lo largo de los milenios.
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