Según el estudio, publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA), el envejecimiento de la población es una tendencia mundial, de manera tal que “juntos podemos hacer frente a las desigualdades actuales en beneficio de las generaciones futuras, gestionando los retos y aprovechando las oportunidades que brinda el envejecimiento de la población”, declaró Li Junhua, secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
El aumento de la esperanza de vida en el mundo refleja una mejora general de la salud. Sin embargo, el informe señala desigualdades en nuestro mundo envejecido, porque no todos se han beneficiado por igual de las mejoras en salud y educación que están impulsando esta transformación.
En las regiones más desarrolladas, las pensiones y otros sistemas públicos de transferencias aportan más de dos tercios del consumo de las personas mayores. Sus homólogos de las regiones menos desarrolladas tienden a trabajar más tiempo y dependen más de los activos acumulados o de la ayuda familiar.
Además, el envejecimiento de la población mundial también implica un aumento de la necesidad de cuidados de larga duración, por desgracia, el gasto público en la mayoría de los países no ha sido suficiente para cubrir la creciente demanda.
El informe recomienda que los países se replanteen las políticas y prácticas asociadas a los medios de vida y el trabajo. Muchos gobiernos ya están introduciendo oportunidades de aprendizaje permanente, así como reforzando y aprovechando al máximo las plantillas intergeneracionales.
También están introduciendo edades de jubilación flexibles para dar cabida a un amplio abanico de situaciones y preferencias personales además que se deben replantear las políticas de los sistemas de protección social, incluidas las pensiones.
“Uno de los principales retos es mantener la sostenibilidad fiscal de los sistemas públicos de pensiones, garantizando al mismo tiempo la seguridad de los ingresos de todas las personas mayores, incluidos los trabajadores del sector informal”, se afirma en el informe.
Otros elementos cruciales consisten en ampliar las oportunidades de trabajo decente para las mujeres y otros grupos tradicionalmente excluidos del mercado laboral formal y así garantizar su bienestar cuando sean mayores y ampliar la capacidad productiva de la economía.
El análisis sugiere que también debe reconocerse y tenerse en cuenta la considerable contribución del sector informal de los cuidados a la economía formal.
Fuente: ONU