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[Crítica] Novocaine: sin dolor. Una disparatada comedia gore con problemas psicológicos

Lo que impulsa a Novocaine: sin dolor, no es una compleja historia, ni la complejidad de sus personajes, sino el componente violento derivado del título, pues la novocaína es un medicamento anestésico local que se utiliza para adormecer una zona del cuerpo y evitar el dolor.

Durante los últimos años, la violencia en el cine ha tomado un protagonismo importante entre las audiencias más jóvenes, así como ganado un espacio importante en general. Esto se aprecia en películas que han llenado la pantalla grande con historias en donde la violencia explícita es el motor en historias pobres, muchas veces sin sentido, donde la trama está impulsada por la sangre, como en Winnie the pooh: miel y sangre (2023), o en la saga Terrifier que inició en 2016 y ya tiene tres películas o intentos interesantes sobre el género gore, como en De naturaleza violenta (2024), por nombrar títulos recientes.

Gracias al buen recibimiento del público por este tipo de cintas, cada vez más son los títulos de este tipo, que con una producción muy baja producen buenas ganancias para las productoras, y que son un excelente trampolín para directoras y directores que se quieren dar a conocer.

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Cine de otras latitudes como el realizado en la India, desarrollaron producciones con este tipo de violencia explícita, pero cambiando el foco hacia la acción, como el caso de Kill: Masacre en el tren (2023), que con una fuerte dosis de violencia contó con buena recepción por la audiencia.

Ahora es el turno de Paramount, una gran productora que intenta aprovechar la ola con Novocaine: sin dolor, dirigida por Robert Olsen y Dan Berk, conocidos por dirigir Intriga Mortal (Body, 2015), Villanos (Villains, 2019) y Obsesión desconocida (Significant Other, 2022), que ahora presenta la historia de Nate (Jack Quaid), un joven introvertido que oculta que tiene un extraño trastorno genético que lo hace inmune al dolor físico.

Desde el comienzo, el gran éxito del Rock alternativo de 1992, Everybody hurts de R.E.M. le ofrece al público un toque irónico respecto de lo que le espera, perfilando a los personajes que de apoco revelan sus falencias psicológicas, planteando por momentos una comedia romántica entre personajes cotidianos, familiares y nada fuera de lo común con un joven con un buen puesto de trabajo, considerado y amable, pero solitario. Ese es Nathan Caine (Jack Quaid), que parece sentir un vacío en su vida, que desea tener una pareja, pero que debido a su condición se cree incapaz de relacionarse con alguien por todos los riesgos físicos que esto implica.

La chica de los sueños de Nathan, Sherry (Amber Midthunder), es secuestrada, y lo que parecía un hombre común, transforma su incapacidad de no sentir dolor en una fortaleza inesperada en favor de su lucha por recuperarla, que casi convierte la cinta en una de superhéroe, pero volcándose definitivamente en una de corte gore/acción, con un componente que la compacta y la lleva a un público más diverso con algo tan afectivo como el humor.

Lo que impulsa a Novocaine: sin dolor, no es una compleja historia, ni la complejidad de sus personajes, sino el componente violento derivado del título, pues la novocaína es un medicamento anestésico local que se utiliza para adormecer una zona del cuerpo y evitar el dolor, aspecto indefinido en una película de una hora y cincuenta minutos, que muestra todo recurso posible para trasladarle al espectador ese dolor que no siente el protagonista, haciendo que la historia lineal que presenta pase a segundo plano, gracias a la tensión que puede llegar a producir en la audiencia, pero que aligera en cada secuencia de violencia visual con mucho humor negro.

En mi opinión, Novocaine: sin dolor es una película que da un giro de tuerca respecto de cómo se puede ver la violencia gore de los últimos años en el cine, cambiando su tono dramático por el de la comedia, como en la saga Saw, proponiendo una narrativa alternativa distinta, más moldeable y amable a una audiencia que disfruta de esta violencia visual desde algo extremo y al servicio del dolor ajeno, para que no sienta culpa y pueda irse tranquila a casa, aceptando que solo es una película. Juzguen ustedes.

| Nota del editor *

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