Este año han llegado buenas sorpresas a la pantalla grande en todos los géneros, pero en ocasiones el terror y sus subgéneros son tan sobreexplotados por sus bajos presupuestos y buenas ganancias, que se pierde la idea de recrear una historia sólida solo por mostrar sangre.
En Asesino por naturaleza el director, actor, comediante, y escritor estadounidense Chris Nash, presenta un largometraje desde el slasher (subgénero del cine de terror donde un psicópata asesina brutalmente a adolescentes y jóvenes) y presentado en el Festival de Sundance 2024 con buena recepción, donde un Nash le propone al espectador de manera arriesgada que acompañe a Johnny (Ry Barrett), una especie de ser sobrenatural que parece una mezcla de Jason Voorhees y Michael Myers.
Johnny, despertado de su letargo gracias a que un grupo de jóvenes toma algo que no les pertenecía, sediento de sangre por su recuerdo infantil, inicia el baño de sangre, cazando uno por uno a los integrantes del grupo.
En Asesino por naturaleza, lo que pone sobre la mesa no parece tener nada fuera de lo común sobre la temática slacher, tan familiar en películas como Sé lo que hicieron el verano pasado (1997), o Scream (1996) entre otras. Lo que aquí sobresale es su concepción y cómo se desarrolla su temática.
Nash explora desde variados planos fijos, largos y contemplativos, cómo el espectador puede acceder a un punto de vista del asesino y sus dinámicas con respecto a otras películas del subgénero que sólo evocan un frenesí de sangre y una constante acción que resulta predecible.
El director, bajo una evidente planeación de continuidad en sus planos, propone una película de autor de 94 minutos que tomando riesgos busca alejarse de lo tradicional en el género, evocando la curiosidad violenta de una persona en especial: ¡de usted!
Planos largos como la secuencia en el lago, trasladan los puntos de vista a explorar la capacidad de percepción de la violencia de quien esté viendo sin necesidad del exceso enfermizo, como ocurre en películas como la reciente Terrifier 2 (2022), haciendo que por momentos la cinta sea anticlimática, pero con una meta clara.
Asesino por naturaleza logra de manera inteligente y con un bajo presupuesto, una película que condensa la tensión y que encuentra una estructura del asesino lo suficientemente buena para impulsar su cometido, como lograr un mensaje coherente en su transición final.
Las líneas de diálogo de su última parte, la naturaleza misma de la violencia y lo que está intrincado en ella, hacen parte de esta exploración, desde cómo seres vivos parecen estar cerca de nosotros todo el tiempo, y cómo este acto puede cambiar todo de nosotros.
En mi opinión, Johnny es una herramienta conceptual dentro del subgénero para referirse al título original: In a Violent Nature (De naturaleza violenta), para mostrar cómo la inocencia de un ser humano puede convertirse en un arma de venganza, perdiendo la sensibilidad y llenándose de crueldad para más adelante. Piénselo y juzgue usted.