La situación de Millonarios es crítica, pues es último en la Liga BetPlay II, con un punto de dieciocho posibles y sin mostrar identidad de juego clara. La hinchada ya explotó en El Campín, cansada de una nómina mal armada y de unas directivas que no han construido un proyecto sólido. Las protestas contra Unión Magdalena enviaron un mensaje contundente a las directivas: el problema no se soluciona con discursos, sino con resultados y gestión deportiva real.
La historia y la grandeza de Millonarios están por encima de cualquier jugador o dirigente, pero hoy el sentimiento de la hinchada es claro: los errores administrativos han manchado el presente del club. Una nómina mal conformada, la falta de jerarquía en los fichajes y la ausencia de un proyecto deportivo sólido han dejado al equipo a la deriva.
Millonarios tiene nuevo técnico: Hernán Torres. A sus 64 años, el ibaguereño regresa al banquillo azul después de más de una década. Torres es recordado por la hinchada cuando rompió una sequía de 24 años y logró la estrella número 14 en el año 2012. Adicionalmente, regresa con cifras que reactivan la ilusión: en su primera etapa (julio 2012–diciembre 2013) dirigió 110 partidos, con 48 victorias, 29 empates y 33 derrotas, alcanzando un rendimiento del 52,4 %.
Su vuelta genera ilusión en parte de la hinchada, pero también plantea la gran incógnita: ¿es suficiente un cambio de DT para sacar al club de la crisis? ¿Es Torres el director técnico que necesitaba Millonarios? Recordemos que, aunque es muy querido y recordado por la afición, en los últimos clubes donde estuvo —CS Emelec (2022/23, Ecuador) y Deportivo Cali (donde solo duró tres meses en 2024)— no destacó por su estilo de juego y no salió de buena manera de ninguno de esos equipos.
¿David González fue el único responsable del mal comienzo?
Desde su llegada, González generó dudas en la hinchada: un técnico sin títulos, muy resistido por la afición, que se preguntaba por qué traer a un entrenador que no ha logrado ganar un solo campeonato en su trayectoria. González tuvo un primer semestre aceptable, donde Millonarios no clasificó a la final por responsabilidad propia.
El arranque del segundo semestre fue cuestionado por las salidas de jugadores clave en el esquema funcional del equipo y la no llegada de grandes figuras para reforzarlo. En mi opinión, Millonarios fichó no para fortalecerse, sino para cubrir los vacíos que dejaron las bajas en el reciente mercado de transferencias. Aquí sí recae gran parte de la responsabilidad en González, porque justamente la salida de Alberto Gamero se dio por la falta de títulos tras un proceso tan largo y por no tener firmeza frente a las directivas al exigir refuerzos de peso. David, en cambio, se conformó con lo que tenía y hasta indicó en diversas ocasiones que con esa plantilla sería campeón.
A esto se suma la actitud del plantel. Hay jugadores que parecen desconectados del compromiso, con actitudes extradeportivas cuestionables y un rendimiento totalmente displicente. La sensación que queda es que a González le hicieron el “cajón”: los futbolistas no corren, no disputan y no transmiten nada en la cancha.
Finalmente, el hincha siempre será el más afectado en este deporte. Es quien paga un abono, compra la indumentaria del club y llena las tribunas. Mientras los directivos vean esto como un negocio para llenar sus bolsillos y no como un proyecto deportivo ganador, Millonarios F.C. estará condenado a ver cómo los rivales triunfan.