Por: Daniela Torres Agudelo y Santiago Rangel Alarcón.
El pasado 8 de marzo, la comunidad del municipio de Corrales denunció irregularidades en los estudios de impacto ambiental, del proyecto de Área de Perforación Exploratoria COR-15, presentados por la multinacional petrolera Maurel & Prom a la ANLA. Argumentaron que las intervenciones petroleras amenazan el equilibrio ecológico del territorio, llegando incluso a secar en su totalidad a la quebrada Malsitio.
La situación llamó la atención de la comunidad cuando Ignacio Rincón, uno de los habitantes del municipio, publicó el 29 de diciembre de 2020 en redes sociales un video que muestra el estado de la quebrada, exponiendo la mayoría de zonas secas. Aclaró que su posición es una opinión sobre lo que sucede, aunque, sí mencionó que la falta de agua en esa zona es dada por la explotación petrolera. Gracias a la publicación, los habitantes de Corrales se unieron para proteger la poca cantidad de agua y evitar su destrucción total.
Sin embargo, dentro de los estudios de impacto ambiental que realizó Maurel & Prom en la zona, se afirma que, la quebrada es producto de aguas lluvias junto con un pequeño nacimiento, pero que en temporadas de verano no era suficiente el recurso para mantener su cauce y por lo tanto es posible ver una sequía completa de la quebrada. Argumentaron además que, sus procesos de perforación tenían impactos ambientales mínimos, pero no hasta el punto de desaparecer una quebrada completa.
Por su parte, Paula Torres ingeniera ambiental de la Universidad de Boyacá, explicó que durante los procesos de perforación de la tierra para extraer el petróleo se pueden crear “microsismos” capaces de crear grietas a nivel subterráneo. Comentó también que, a medida que la perforación sea más profunda y se realice por más tiempo el agua de la quebrada puede filtrarse por allí y desaparecer de la superficie.
Julio Gil de 85 años, habitante del municipio, confirmó que la quebrada es resultado de aguas lluvia y por lo tanto su cauce puede reducirse en temporadas de sequía. Sin embargo, también expresó su preocupación, ya que, desde la llegada de Omega Energy, hace 10 años, quienes realizan procesos de perforación y extracción de petróleo, en el municipio, el nivel de agua en Malsitio ha empezado a minimizarse a velocidades rápidas, concluyendo que estas industrias sí están afectando el equilibrio y los recursos ambientales de la región.
Pese a esto, Maurel & Prom buscaría implementar el proyecto de Área de Perforación Exploratoria COR-15, con una duración entre 7 a 15 meses, en el territorio boyacense entre los municipios de Betéitiva, Busbanzá, Corrales y Tasco. Su inversión sería de $41 millones de dólares; además de $2,3 millones de dólares para cumplir con las obligaciones ambientales. Las reuniones informativas y la audiencia con la ANLA, para definir el licenciamiento del proyecto APE COR-15, se han postergado en varias ocasiones, pues la comunidad interpuso una tutela en la que expone sentirse excluida asegurando, además que, las condiciones debido a la pandemia limitan la partición activa de todos.
Actualmente Boyacá es el objetivo de las industrias petroleras, nuevos descubrimientos de gas han llamado la atención de estas multinacionales. De sus 123 municipios sólo Chiscas no está en los planes extractivistas y aproximadamente 85,245 barriles de petróleo por día son extraídos de Bolívar y Corrales, según un reciente estudio de análisis de hidrocarburos realizado en el centro del país.