Tras casi tres décadas de celebrar misa bajo techos prestados y soñar con este momento, los feligreses finalmente verán abiertas las puertas de su flamante iglesia parroquial.
Arquitectónicamente, el nuevo templo impresiona por su amplitud y sencillez elegante. Su nave principal puede albergar cómodamente a más de 500 personas, bañada por luz natural que entra a través vitrales modernos. Cuenta con espacios pensados para el encuentro y el servicio: salones parroquiales multiusos y hasta cenizarios para custodiar las cenizas de los difuntos, integrando así tradición y actualidad. Para muchos residentes, este templo actualizado representa el abrazo entre el pasado y el futuro: mantiene vivo el legado espiritual del padre Rafael García Herreros, a la vez que incorpora las necesidades de la comunidad del siglo XXI. En sus muros recién pintados de blanco, evocan la antigua capillita circular de ladrillo prensado, mientras otros celebran las mejoras que facilitarán la accesibilidad y la comodidad de los fieles de hoy.
Más allá de sus características físicas, la reapertura del templo de San Juan Eudes tiene un profundo significado social y emocional. Durante los años de espera, la comunidad parroquial se mantuvo unida, pero la ausencia de un hogar espiritual propio fue un vacío constante. Ahora, con el templo erigido nuevamente en el corazón del barrio, se siente una renovada energía comunitaria. Los vecinos describen el momento como un volver a casa.
Las expectativas son que este renovado santuario sea un gran centro de evangelización donde confluyan todas las obras e iniciativas del Minuto de Dios. No solo será el lugar para las misas y sacramentos, sino también sede de acciones sociales, culturales y formativas al servicio del barrio y de la ciudad. La Provincia Eudista Minuto de Dios, que respaldó el proyecto, ve en este logro el cumplimiento de un sueño largamente anhelado por su fundador.
La consagración del templo no es un punto de llegada, sino de partida: desde esta nueva base, se continuará atendiendo a los pobres, educando a los jóvenes y acompañando a las familias, fieles a la misión original que dio nombre al barrio.
El Minuto de Dios, que nació hace más de siete décadas de un acto de amor y solidaridad, celebra hoy la renovación de su corazón espiritual. Ha renacido la esperanza bajo el techo sagrado de San Juan Eudes, y con ella, una comunidad entera se siente reconfortada e inspirada para los tiempos venideros.
