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Angustias, incógnitas y dolor

Por: Yulieth Johana Yara Anaya

En 2022, la policía se encontraba indagando el asesinato de un joven que vivía en la localidad de San Cristóbal, barrio Guacamayas segundo sector. Este lugar se encuentra al sur de Bogotá; reúne una población de trabajadores muy numerosa donde convive el mundo urbano con el rural. La sonoridad del nombre evoca un ave muy representativa de la cultura colombiana: el loro guacamayo.

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En este lugar las casas son pequeñas con calles angostas, de subidas empinadas y algunas con escaleras. En una de estas casas vivía Andrés Alarcón con su grupo familiar que estaba conformado por su madre, hermano mayor y su novia acompañados por su mascota de raza pitbull llamada Reyna. Su madre era cabeza de hogar, sustentado a toda la familia, mientras sus hijos se encargaban de estudiar. Andrés, era un joven de dieciocho años de edad reconocible por su piel morena, de un metro con setenta y dos centímetros; cabello negro y
liso bien peinado, ojos café y sonrisa espléndida, que le hacía en su cara hoyuelos en cada cachete.

El principio de todo

En la mañana del 26 de abril, Andrés decidió salir con sus amigos a pasar un día lleno de felicidad, o lo que él llamaba “felicidad”. Se despertó esa mañana a las nueve con un saludo muy caluroso a su madre:

  • Buenos días, madre, ¿cómo amaneció?

Ella responde:

  • Hola papi, buenos días. Dormí bien, gracias a Dios y, ¿usted cómo durmió?

Fue el inicio para que Andrés y su madre empezaron una conversación:

  • Bien madre, yo le quería comentar que esta tarde voy a salir con mis amigos.
  • Ah, bueno hijo, ¿dónde van a ir?
  • No sé, pues por ahí madre.
  • Ah bueno hijo, ¡por favor!, me llama y me avisa en donde vaya a estar. Usted sabe que yo me preocupo.
  • Sí, madre.
  • Hijo, ahí le dejé el desayuno en la estufa y su almuerzo queda en el horno para que lo caliente. Yo ya me voy a trabajar.
  • Bueno madre, que Dios la bendiga y le vaya bien, si alcanzo a llegar antes de que usted salga del trabajo, la recojo.
  • Bueno hijo, lo quiero mucho.

Inés, su madre, una mujer que no ha tenido una vida fácil. Le ha tocado sola con sus hijos; desde pequeños ella trabajó para poder darles estabilidad económica y solventarles las necesidades básicas como; agua, luz, vestimenta y alimentación. En pocas palabras tener una vida digna en familia.

Cuando su madre iba llegando al trabajo, en la Clínica Centro Policlínico Del Olaya que está ubicada al sur de Bogotá. Su labor era prestar el servicio de aseo y limpieza en la sala de cirugía. Era un trabajo bastante agotador que le restaba tiempo de dedicación a sus hijos; el trabajo que ella realizaba era muy esclavizante a tal punto de no tener vida propia. En este empleo solo se tiene permitido un día a la semana de descanso y se trabaja más de 8 horas con turnos rotativos que pueden llegar a ser agotadores. El turno que tenía era el de las 9:30 de la mañana a 8 de la noche.

Ese día no era normal

Inés se sentía agotada, tenía mucho cansancio físico poco común en ella, ya que, se caracterizaba por ser una mujer fuerte, de carácter y de carisma; de esas mujeres que pueden ver la situación difícil, pero siguen detrás de su objetivo. Cuando estaba por acabar la noche, se le hizo muy extraño que Andrés no estuviera esperándola afuera; además, lo primero que veía al salir de su trabajo era a su hijo fuera de la clínica con su mascota Reyna, el mismo cansancio físico que ella sentía no hizo que le prestara atención a la ausencia de Andrés, por lo que dijo “aún debe estar con sus amigos, y se le haría tarde”.

Entonces, decidió emprender el retorno hacia su casa. Recuerda que se iba caminando hacia su casa, se le hacía fácil por lo que eran 45 minutos de recorrido y la noche se prestaba para andar tranquilamente, mientras caminaba observada como pasaban los carros de un lado para otro; las parejas caminando seguramente enamoradas. Mientras pasaba el tiempo, se sentía mucho más frío ya se estaba sintiendo la noche y apagándose las luces de las casas, eran las 8:40 de la noche, hora en donde la mayoría de las personas están reunidas en familia cenando y disfrutando en compañía.

Llegó a su casa y se le hizo extraño que Andrés no hubiera llegado, le marcó a su celular en repetidas ocasiones. La llamada se iba a sistema correo de voz, su angustia crecía cada vez más; aunque sentía gran cansancio, pero a la vez estaba un poco tranquila ya que el día siguiente era su descanso. Transcurrió el tiempo, Inés derrumbada por el cansancio y sueño se durmió. En el instante que sonó la puerta, se levantó escuchando con claridad la voz de Andrés. Se tranquilizó porque ya sabía que su hijo había llegado a la casa y estaba sano y
salvo.

Amaneció, todo indicaba un día lleno de éxito, salud, y alegría. Esa mañana Andrés levantó a las 10 de la mañana a saludar a su madre que se encontraba en la cocina preparándole el desayuno para él y su hermano, con un beso en la frente le dijo: “buenos días a la mujer más bella”, su madre inmediatamente sonrió de alegría y le agradecía a Dios por haberles dado un día más de vida y, sobre todo, juntos. Andrés subió con una sonrisa radiante las escaleras a la terraza ahí estaba su mascota, por la cual, sentía cariño y amor. Ya era costumbre para ella que Andrés subiera a darle los buenos días, y llenarla de besos, además de jugar con ella como bien se dice “el mejor amigo del hombre es su mascota”, frase que no se pone en duda al ver la demostración de afecto que Andrés y Reyna se daban mutuamente. Su madre lo llamó a que bajara a desayunar, y se fue a desayunar, en el comedor estaba su hermano Erick y su novia Natalia, él los saludó y decidió coger el desayuno e irse para su cuarto. Y se preguntaran el ¿Por qué la actitud de Andrés con ellos? Erick, su hermano, era muy alejado a ellos, sentía cierto apego por su novia y en repetidas ocasiones habían discutido por ese motivo, ya que no compartían tiempo como una familia normal, o se puede decir, tiempo de hermanos. Se había perdido esa unión y confianza que había desde pequeños.

Terminaron de desayunar, se levantó de la cama, llevó el plato a la cocina no dejando atrás qué le agradeció a su mamá por el delicioso desayuno que le había preparado. Era el día de descanso de su madre, Andrés estaba muy contento y quería pasar tiempo con ella, por lo que, escasamente la veía en el día y no tenían tiempo para compartir juntos, muy bondadosamente decidió decirle a su mamá:

  • Madre, yo hoy voy a preparar el almuerzo, para que usted se acueste a descansar
  • ¡Gracias hijo!
  • Si madre, y más tarde viene una amiga
  • Ah bueno hijo.

Eran la 1:40 de la tarde, toda la familia se sentó almorzar y a disfrutar de lo que Andrés había
preparado, en virtud que a él le gustaba mucho cocinar y más si era por su mama. Andrés
dijo:

  • Familia, ¿Sí les gustó el almuerzo?
  • Sí hijo, muchas gracias, quedó muy delicioso, pero yo me iré a dormir un rato, pues me siento cansada
  • Si madre, no se preocupe

Cayó la tarde, un día muy oscuro, opaco, lluvioso y frío: eran las 5:30 de la tarde Andrés le toca la puerta a su madre, ella entre sueño lo observa, él se aplicaba colonia y vestía muy bien. Estaba acompañado de una muchacha joven, por lo que su mamá entre el sueño, logra ver que era una joven de cabello largo, se miraba de color negro, calculaba que más o menos media 1.52 cm de alto y era un poco angosta. Andrés llama a su madre para avisarle que iba a dejar a la joven a la parada del SIPT y que además se iba a llevar a Reyna, su mascota a orinar. A lo que su madre responde – Bueno hijo, que le vaya bien. Inés se levantó a las 6pm y se le hizo extraño que Andrés no hubiera llegado, pues el paradero no estaba lejos y además cuando él estaba con su mascota no tardaba. Empezaron a pasar los minutos, segundos e Inés se sentía más angustiada, trató de llamarlo, empezó a sonar un teléfono en la habitación de ella, se levantó y al darse cuenta, era el teléfono de Andrés, lo había dejado y ni modo de comunicarse con él, solo quedaba esperar a que él llegara.

No se supo más de él, hasta que eran las nueve de la noche ya estaba muy oscuro. Se acercaron a timbrar en la casa, abre la puerta su nuera y era una vecina del barrio, le solicito que le llamara a Inés que la necesitaba urgente, ella alcanzo a escuchar que la necesitaban; bajo las escaleras, acercándose a la puerta y con una voz de preocupación respondió a la
señora:

  • Sí buenas, ¿Qué necesita?
  • ¡Ay madrecita!, le voy a decir algo, pero prométeme que no lo va a tomar a mal
  • Señora, ¿Qué es lo que me tiene que decir?, me esta preocupando. Además, ¿usted porque tiene a Reyna?
  • Lo que pasa es que yo me traje a la perrita porque mataron Andrés

(lagrimas)

¿Qué me está diciendo?

(La voz llorosa)

  • Señora Inés, que mataron Andrés. La policía esta en el paradero del SITP y están haciendo el levantamiento del cuerpo.

Para Inés fue un golpe muy fuerte, y al recibir esa noticia entró en un estado de shock y al instante se desmayó. Erick, el hijo mayor llegó de trabajar y se cuestionaba al ver a su mamá así en ese estado, y a su novia llorando. Le contaron lo sucedido,no lo podía creer, lo primero que hizo fue dirigirse al lugar donde había ocurrido; llegó al poco tiempo, corrió con el frío de la noche con tal de buscar una respuesta, pero al llegar todo estaba rodeado de personas, policías, los del CTI. Buscaba respuestas y nos las conseguía, se acercó más cuando le dieron la información con plena certeza diciéndole: el joven que lo habían matado era de piel morena, alto, cabello negro; lastimosamente coincidía con las características físicas de Andrés. Erick decidió devolverse a la casa a ver cómo estaba su madre, así la noticia fuera dura, él tomó la decisión de decirle toda la verdad a su mamá. Lo primero que hizo Inés fue llamar a su hermano Javier, mientras tenía muchas incógnitas en su cabeza, pero al marcar repetidas veces y no tener alguna respuesta, decidió llamar a Carolina su cuñada marco dos veces y tuvo respuesta. Inés ahogada en llanto le dijo:

  • Carolina, mataron Andrés
  • ¿Cómo así?, ¿Usted está segura?
  • Si, ya me lo confirmaron

Inés se ahogó en llanto. Erick en medio de lágrimas le cogió el teléfono a su madre y le dijo a su tía Carolina:

  • Tía, me mataron a mi hermanito. Fueron dos manes que lo cogieron por la espalda y le dieron un tiro en la cabeza, cayó boca abajo y en la mano tenía la tarjeta del SITP. La china con la que salió lo “vendió” a esos dos tipos. Me mataron a mi hermanito tía.

(llanto)

  • Hijo, tranquilícese, coja un taxi y véngase para acá
  • Tía, no tenemos plata
  • Venganse que yo se lo pago acá

Llegaron en medio de la noche, hacia las 11 pm a la casa de Carolina y Javier, sus primos los recibieron con un abrazo caluroso y muy tristes con la noticia, pues ellos habían vivido muchas cosas con él y se les hacía muy doloroso el hecho. Al día siguiente, de la morgue los llamaron para que fueran a reconocer el cuerpo de Andrés; su hermano y su tío Javier, fueron, lo reconocieron; recibieron los objetos personales que tenía él y la ropa que llevaba puesta. La noticia se dio a conocer por medios de comunicación; un periódico, pero no con información verídica, ya que contaron todo adulterando los hechos, y así buscar llamar la atención. El 28 de abril se le dio el último adiós a Andrés, se reunió toda la familia, amigos, cercanos, vecinos. Un momento que les desgarró el corazón a cada una de las personas que sentía amor y cariño por el joven.

¿Qué le había pasado a Andrés para terminar así?, un padre ausente que prefirió hacerse a un lado y no cumplir el papel filial y lo que esto conlleva. Una madre que ocupa la mayor parte del tiempo en el trabajo, pues tal vez fueron malas decisiones, el barrio las Guacamayas se divide por pandillas que están pendiente de los niños que no nacen en un seno familiar; esto fue lo que ellos encontraron en Andrés, un niño que desde pequeño estaba solo y no contaba con la protección de unos padres unidos, estas pandillas solo dan dos opciones por lo que nos contaba Erick la decisión que se debía tomar estaba entre estar dentro de la pandilla o desaparecerse del barrio. Además, lastimosamente la muerte de jóvenes en ese sector es más común de lo que se piensa, las malas amistades empujan a tomar malas decisiones, sin darse cuenta que toda mala decisión conlleva a una consecuencia. Y lo más difícil es salir de esos grupos y malas decisiones y amistades.

| Nota del editor *

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