México cuenta con una población de más de 115 millones de habitantes, y los pueblos indígenas representan el 15,1% de ese universo con un total 68 pueblos indígenas, cada uno hablante de una lengua originaria propia. Aún cuando la conquista europea arrasó con millones de ellos, los pueblos indígenas perviven y son pieza fundamental del México moderno.
El bastón de mando es una pieza física que legitima a un gobernante, significa que la comunidad lo acepta y lo respalda. Quien acepta el bastón acepta, a su vez, su cargo y las responsabilidades que este implica. Representa el ‘buen gobierno’, una forma de administrar que es colectiva, por lo tanto, tirar o maltratar el bastón es maltratar a la comunidad.
El objeto está hecho de maderas de árboles simbólicos de cada comunidad, es tallado a mano, con listones y flores que representan la cosmogonía que la comunidad le otorga, en la punta se presenta a un animal o criatura que simboliza las creencias de la región y su forma representa rectitud, armonía, equilibrio y unidad.
Tras lo anterior, tiene sentido afirmar que en México exista un evento llamado ‘Bastón de Mando’, que es la máxima distinción que otorgan los pueblos indígenas y afromexicanos a personas destacadas de la sociedad. El 11 de octubre próximo se realizará la entrega del Bastón de Mando a los Embajadores por la Paz de las 68 Lenguas Maternas y los Pueblos Afromexicanos.
Carlos Flores, uno de los organizadores del evento, indica que como tal, la figura de Embajador por la paz de las 68 lenguas maternas y los pueblos afromexicanos, solo la organizan ellos, pero la entrega de bastón de mando es una práctica que se realiza en gran parte de los pueblos de América Latina.
El evento busca “ser un puente entre los pueblos indígenas y las autoridades para denunciar, impulsar y propagar el valor indígena en todos los sectores”, es organizado por Mexiutopic, una empresa que se dedica a ser puente, supervisor y mediador entre los productores del campo, artesanos y productores semi industriales con las ciudades y empresas que compran sus productos.
La iniciativa nació en 2018, cuando participaron con la Gubernatura Nacional Indígena en la entrega de Bastón de Mando al presidente de México Andrés Manuel López Obrador. Luego, en 2019, Mexiutopic con la Gubernatura Nacional Indígena y Egbe Inmolorogun formaron la figura de “Embajadores por la Paz de las 68 lenguas maternas” y se entregó a la maestra Adriana Barraza y a la activista Vanessa Bauche. Ahora, en 2020 han extendido el título a “Embajadores por la paz de las 68 lenguas maternas y los pueblos Afromexicanos”, dado el reconocimiento por parte del gobierno mexicano de África como la tercera raíz de México.
Estos son los nombres de los postulados de este año:
Aida Cuevas, actriz y cantante de Música del Género Mariachi, es denominada como la máxima exponente de la música mexicana. Es postulada por su trabajo en favor del reconocimiento del Mariachi como patrimonio cultural intangible de la humanidad.
Lídice Rincón, asesora de presidencia de Conapred y preside la Fundación Gilberto Rincón Gallardo. Es postulada por su esfuerzo por visibilizar las tradiciones, identidades y prácticas de los pueblos mexicanos como parte de su propio auto reconocimiento.
Sasha Espinosa, académico. Postulado porque creó un sistema específico para México que fortalece la idea de la identidad y reconocimiento de las raíces.
Ramón Rosas, ecólogo y botánico. Postulado porque al identificarse como afromexicano ha difundido el valor de la autoidentificación, promoviendo la creación de jardines botánicos con enfoques indígenas y la difusión de la cultura y tradición del Totonacapan.
Bastón de mando en Colombia
En Colombia, por su parte, el bastón de mando representa el máximo símbolo del liderazgo indígena, pues demuestra la capacidad que tiene la colectividad de mantener la armonía y de inspirar respeto. Los miembros de los cabildos indígenas o consejos comunitarios lo reciben cada año, como reconocimiento por su labor al velar por los asuntos internos y el equilibrio dentro de los resguardos. El bastón de mando también se manifestó en múltiples espacios de interacción que han surgido entre los pueblos indígenas y el Estado.