Por MH Escalante, Biarritz
Los menos esperados son a veces los que se destacan: Bolivia y Ecuador, que no son países de gran
tradición cinematográfica, han sido galardonados con el “Abrazo” al mejor largometraje y al mejor
documental en la 34ª edición del Festival Biarritz América Latina.
“La hija cóndor” (Bolivia, Perú, Uruguay 2025) del realizador boliviano Álvaro Olmos Torrico, obtuvo el
“Abrazo” al mejor largometraje de ficción, mientras que “Toroboro: el nombre de las plantas”
(Ecuador, 2024) del realizador ecuatoriano Manolo Sarmiento, obtuvo el “Abrazo” al mejor
documental.
En esta 34ª edición en 2025, -que recibió 71 películas provenientes de 16 países-, un récord para el
Delegado General del Festival, Jean-Christophe Berjon- que no descansa en impulsar debates de
ideas y conversatorios para acompañar las proyecciones en una semana de festival (20 al 26 de
septiembre este año), se descubrieron también nuevos trabajos de realizadores de Colombia y
República Dominicana : “Un poeta” (Colombia 2025) de Simón Mesa Soto, que obtuvo el premio del
mejor actor para Ubeimar Ríos, sin ninguna experiencia en actuación, y “Bajo el mismo sol”
(República Dominicana, España 2024) del cineasta Ulises Porras. Esta película, que retoma los origines históricos de los trabajadores extranjeros llegados a la isla a mediados del siglo XIX, fue premiada como la mejor película por el Sindicato Francés de crítica de cine, por el Jurado de “Los Bascos” y por el Jurado del Festival.
Argentina, Brasil y Chile volvieron como es su costumbre con películas enfocadas en luchas feministas
como en Chile, o manifestaciones pasadas por el derecho al aborto como en Argentina, o a las
eternas dicotomías económicas, sociales y hasta raciales que caracterizan a Brasil.
En medio de las funciones cine no faltaron los homenajes a latinoamericanos ilustres desaparecidos
este año en sólo un mes: el escritor peruano Mario Vargas Llosa (13 de abril) y el expresidente
uruguayo José Mujica (13 de mayo).

Pero para que el evento no se convirtiera en evocación de recuerdos tristes, se invitó también al
cineasta francés Claude Lelouch, un sabio del cine de 87 años de edad ahora, con 51 películas en su
trayectoria, pero inolvidable con “Un hombre y una mujer” que retrata la Francia de los años 60 de la
“Nouvelle vague”. En la ceremonia de clausura del Festival se le vio portar una chaqueta de cuero con
el letrero “Argentina” escrito en su espalda.
Claude Lelouch estuvo como el padrino de jóvenes que producen ahora películas con un Smartphone.
Esta será en el futuro la nueva sección en competición del Festival de Biarritz, junto a largometrajes,
documentales y cortometrajes.

Tradiciones y mundo urbano
Lo que se destaca en las películas premiadas es la mirada casi etnológica que el cine de América
Latina adopta para mostrar tradiciones y transmisiones ancestrales en medios sociales arcaicos aún
existentes en el continente. Mundos rurales que a pesar de su precariedad y de su existencia
apartada tratan de mantenerse de pie y resistir al pensamiento cartesiano que se les quiere imponer
desde la gran ciudad.
En “La hija cóndor” es el aspecto sagrado de la tradición de una madre que ejerce como partera en su
comunidad, que quiere transmitir sus saberes empíricos a su hija adolescente, aunque la joven ya
esté impregnada de la mentalidad de sus tiempos, es decir del modo de vida de jóvenes que llegan en motos ruidosas hasta la sierra para conquistarla o de sus amigas, que prefieren bailar las danzas
tradicionales de Bolivia en los bares y discotecas de las zonas urbanas más próximas.
En “Torobo: el nombre de las plantas”, es la destrucción constante y sin freno de la selva amazónica,
que sigue avanzando a grandes pasos por efecto de las multinacionales forestales y petroleras. Sus
más antiguos habitantes intentan preservarla en una lucha desigual.
Emigrar hacia el sur
En esta 34ª edición del Festival de cine de Biarritz, el más importante en Europa por su antigüedad y
su implantación en esta región del sur de Francia con claras influencias hispánicas y vascas, la
temática de reflexión estuvo enfocada en “Las Migraciones”.
Se habló de ellas desde una perspectiva histórica: las migraciones del sur hacia el norte del
continente. Pero ahora lo que interpela, sorprende e inquieta, son las migraciones en el
subcontinente, de sur a sur. Desde México y las islas del Caribe hasta la Argentina…
Puesto que se convirtió en paisaje familiar en la región ver a familias desplazándose hacia el sur, a
pie, por las principales rutas que unen a los países, cuando no es hacia el norte pero para devolverse
por los caminos que se han ido formando a fuerza de los pasos en la Selva del Darién.
Pero las películas premiadas poco se ocupan de ese tema, con excepción del documental “Si vas para
Chile” (Chile 2024) de Amílcar Infante y Sebastián González, que se llevó el premio al Mejor trabajo
del Jurado de Estudiantes.

“Si vas para Chile” su título en español, que se traduce como “Unwelcome” en inglés y “Indésirables”
en francés para su distribución internacional, sorprende por una fotografía que destaca la belleza del
paisaje chileno filmado desde el cielo. El documental se parece ahí a la tarjeta postal de una cadena
de montañas extendiéndose en un desierto lunar como el que filmó el director chileno Patricio
Guzmán para su película “El botón de nácar”.
Pero las tomas aéreas que le otorgan majestuosidad al paisaje, se deshacen cuando las cámaras se
ubican al nivel del suelo y captan en contraposición la fealdad de los montones de basura que dejan
los migrantes, tras haber instalado sus carpas-domicilio unas cuantas noches o semanas en la
frontera norte de Chile, para continuar su trashumancia hacia la ciudad de Santiago.
El fondo de la historia son las protestas que ocurrieron en 2021 en Chile contra los inmigrantes
ilegales tras el asesinato de un camionero, lo cual provocó que los habitantes de la zona salieran a
quemar carpas y colchones utilizados por los venezolanos a quienes se acusó de ese crimen.

(IHEAL) dedicados este año al tema de la migración, con el profesor Olivier Compagnon/ Foto MH Escalante
Se comentará en una charla posterior a la proyección que si no se incluyen imágenes de archivo
suficientes en este documental es porque no se obtuvieron o porque se prefirió no ahondar en la
herida. La gente en Chile se abstiene ahora de volver a esos hechos, aunque el problema de la
inmigración venezolana en el país austral sea ahora uno de los temas centrales en los debates para la
elección presidencial en noviembre 2025.
Si el cine de Chile parece no querer entrar de lleno en el tema de las migraciones o no haber
preparado todavía las películas que lo harán, Venezuela y Cuba sí lo hacen directa e indirectamente
con dos películas que no obtuvieron menciones pero que fueron bien recibidas en los espacios
abiertos del festival.
Se trata del documental “Crónicas del absurdo” (Cuba 2024), del realizador y escritor cubano Miguel
Coyula, y del largometraje “Aún no es de noche en Caracas” (México, Venezuela 2025) de Mariana
Rondon y Marité Ugas.

En este cine ya no es asunto de denuncia de antiguas dictaduras militares sino de nuevas
legítimamente elegidas. Millones de cubanos y venezolanos han tomado las rutas del exilio, aunque
en la mayoría de los casos no se trate del exilio político sino de la emigración de supervivencia, huir
para poder ganarse la vida en otra parte…
Por razones de la censura en Cuba Miguel Coyula no pudo realizar su película en formato habitual,
esto es en secuencia de imágenes en movimiento, sino en forma de collage de audios, ilustraciones y
fotografías para representar su dificultad para trabajar como artista disidente o en oposición al
régimen cubano.
En cuanto al cine de Venezuela, hay que recordar que 8 millones de venezolanos han salido de su país
en menos de 10 años. El absurdo en Venezuela se revela en el pánico de la gente cuando observa
desde sus ventanas a los colectivos bolivarianos motorizados que, “a punta de” ruido y de confusión y
sobre todo de disparos, golpizas y retenciones abusivas instalan el miedo y la muerte en las calles de
Caracas.
Cuando no es el griterío en los exteriores son las expropiaciones de su propia casa el tiempo de
dejarla bajo llave para salir a cumplir una diligencia.
Cuando Adelaida regresa a su apartamento, su hogar ya no es el suyo. Su casa materna le pertenece
ahora a colectivos de mujeres del barrio, que han irrumpido en su propiedad forzando la puerta.
Adelaida apenas huérfana, tendrá que encerrarse en el apartamento de su vecina que encuentra
muerta y usurpar en la urgencia su identidad ante el inminente peligro de morir como ella.
La única salida de Adelaida para abandonar el país será llamándose Aurora Peralta, como la difunta, a
la que los vecinos conocían como “la hija de la española”, el título de la novela que inspiró esta
película escrita como un thriller o de ciencia ficción.
Pero el Festival de cine de Biarritz nos supo apartar también de caminos espinosos con películas
salvadoras como “Un poeta” del colombiano Simón Mesa Soto en la que un profesor de filosofía
termina por actuar como si hubiese sido un actor profesional de primer reparto. Ubeimar Ríos podrá despertarse ahora en donde esté ahora habiendo sido galardonado con el premio al mejor actor en la 34ª edición del Festival de Biarritz América Latina, aunque su verdadero nombre no figure en el
catálogo oficial del evento ni en la lista de los laureados.

“Oscar Restrepo” el fracasado poeta de Medellín que a los cincuenta años todavía vive con su madre,
es el personaje que sacó del anonimato a Ubeimar Ríos.
El cine de Biarritz se ha mantenido a lo largo de los años como la ventana que deja observar desde
Europa a una región sumida en dictaduras, revueltas, manifestaciones callejeras, reivindicaciones.
Hoy, que los tiempos son los mismos en todas partes pues el mundo jamás ha sido tan parecido por
todos sus rincones, el cine tendrá que acompañar también a esas nuevas migraciones que hoy le dan
otras características a América Latina. Migraciones que en el caso de la región han sido provocadas
por modelos políticos que fueron elevados al rango de paradigmas de renovación pero que con el
paso de los años aparecen ahora como modelos políticos mandados a recoger.
Palmarés de la 34ª edición del Festival Biarritz América Latina
LARGOMETRAJES DE FICCIÓN
El jurado de Ficción estuvo compuesto por Thibault de Montalembert (presidente del jurado, actor)
– Claire Burger (directora) – Chad Chenouga (director, actor) – Juan Solanas (director)
- Abrazo a la mejor película: LA HIJA CÓNDOR de Álvaro Olmos Torrico (Bolivia, Perú, Uruguay)
- Premio del Público: BELÉN de Dolores Fonzi (Argentina)
- Premio del Jurado: BAJO EL MISMO SOL de Ulises Porra (República Dominicana, España)
- Premio del Sindicato Francés de la Crítica de Cine: BAJO EL MISMO SOL de Ulises Porra (República Dominicana, España)
- Premio Coup de Cœur: A MELHOR MÃE DO MUNDO de Anna Muylaert (Brasil)
- Premio de los Biarrots: BAJO EL MISMO SOL de Ulises Porra (República Dominicana, España)
DOCUMENTALES
El jurado estuvo compuesto por Hubert Sauper (presidente del jurado, director) – Dominique Marchais (crítico de cine, director) – Catalina Villar (directora colombiana)
- Abrazo al mejor documental: TOROBORO: EL NOMBRE DE LAS PLANTAS de Manolo
Sarmiento (Ecuador) - Premio del Público: RUNA SIMI de Augusto Zegarra (Perú)
- Premio del Jurado Estudiantil del IHEAL: SI VAS PARA CHILE de Amilcar Infante y Sebastián González M. (Chili)
- Mención Especial: IDENTIDAD de Florencia Santucho y Rodrigo Vazquez-Salessi (Argentina, Reino Unido, Catar)
CORTOMETRAJES
El jurado estuvo compuesto por Brontis Jodorowsky (presidente del jurado, actor) – Caroline Maleville (Cinémathèque Française) – Bruno Merle (director)- Abrazo al mejor cortometraje: DOMINGO FAMILIAR de Gerardo del Razo (México)
- Mención Especial: BUSCANDO UN BURRO de Juan Vicente Manrique (Venezuela, México)
- Premio de la Mirada Queer: PRESÉPIO de Felipe Bibian (Brasil)
CORTOMETRAJES SMARTPHONE
Categoría apadrinada por Claude Lelouch en 2025 - Premio al mejor cortometraje Smartphone: HERENCIA de Jim Paz Javier (Bolivia)
- Mención Especial: LA BESTIA de Alejandro Cervantes (Bolivia)








