En los últimos años el Relleno Sanitario de Doña Juana se ha expandido territorialmente para tener mayor espacio al momento de descargar las basuras de la ciudad, contando actualmente con 800 hectáreas para el alojamiento de basuras de la ciudad de Bogotá y municipios aledaños que se han visto afectados por enfermedades respiratorias, malos olores y presencia de insectos y roedores.
Ciudadanos de la localidad de Usme cuentan que a causa del derrumbe en 1997 niños y personas de la tercera edad padecieron enfermedades respiratorias agudas resultando varios días hospitalizados. Aun así, luego de diez años, la gran mayoría de damnificados no recibieron ninguna ayuda por parte del Estado ni de la Secretaría de Salud y otros sí recibieron indemnización a costa de varios años de papeleo y tutelas.

La UAESP (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos) es la entidad que hasta el momento garantiza la prestación de servicios públicos de aseo en Bogotá, sin embargo, su contrato vence dentro de dos años y por el momento no hay indicios de una renovación para el control y manejo de las basuras, Mientras las personas de la localidades cercanas al relleno, hoy día, viven en medio de infecciones de por picaduras de mosquitos y enfermedades a causa de la contaminación.
Para el ingeniero ambiental Gerardo Ibáñez es necesario implementar un sistema integral de manejo de residuos orgánicos, que incluya un plan de separación desde los hogares, industrias y comercios para proporcionar computación; también es necesario educar a la población sobre la importancia del manejo adecuado de los residuos orgánicos y promover prácticas sostenibles.
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