El avión que llevó a Francisco a Hungría aterrizó en el aeropuerto de Budapest a las 9.53 hora loca, en su 41º Viaje Apostólico.
Como gesto de bienvenida dos niños en trajes típicos le entregaron un pan realizado en la sede de la Conferencia Episcopal húngara, “símbolo de vida, bendición y buena suerte”, que el Santo Padre inmediatamente probó. En Europa Central es costumbre dar la bienvenida al Sucesor de Pedro con este regalo: también ocurrió en 2021 en Bratislava durante la visita del Papa Francisco a Eslovaquia.
Es la segunda vez que Francisco visita Hungría: la primera vez lo hizo en el 2021, en ocasión del Congreso Eucarístico Internacional. También San Juan Pablo II visitó el país en dos ocasiones, en el año 1991 y en el 1996.
En Budapest, lugar de permanencia en estos tres días, serán en total siete las intervenciones del Santo Padre: las primeras palabras son aquellas dirigidas este mediodía a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, mientras que en la tarde Francisco se dirigirá a los Obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral.
Mañana, sábado 29, el Papa mantendrá un encuentro con los pobres y refugiados por la mañana donde pronunciará su tercer discurso, y con los jóvenes por la tarde, cuarto discurso. Por último, en el cuarto domingo de Pascua pronunciará la homilía en la Santa Misa seguida por la alocución previa al Regina Caeli por la mañana y, por la tarde, antes de regresar a Roma, se dirigirá al mundo universitario y de la cultura.
Con casi 10 millones de habitantes, Hungría es un país de mayoría católica (un 61%). Situada en el corazón Europa centro oriental y sin salidas al mar, confina con Eslovaquia, Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia, Rumania y Ucrania. Su capital, Budapest, es llamada “la Perla del Danubio”, por el río cuyo curso divide en dos la ciudad.
Fuente Vaticano News