Por: Danniela Rodríguez
Cada 28 de abril se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, una fecha impulsada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde 2003, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de promover la prevención de accidentes laborales y enfermedades profesionales a nivel global.
En junio de 2022, durante la Conferencia Internacional del Trabajo, la OIT dio un paso histórico al incluir entornos de trabajo seguros y saludables como parte de los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Este reconocimiento coloca la seguridad y salud laboral al mismo nivel que otros derechos esenciales como la libertad sindical y la eliminación del trabajo forzoso.
La edición de 2025 de esta conmemoración pone especial énfasis en un desafío creciente: el impacto del cambio climático sobre la seguridad y salud en el trabajo. Fenómenos como las olas de calor, la radiación ultravioleta intensificada, los desastres naturales y la contaminación están modificando los riesgos laborales tradicionales.
Según estimaciones de la OIT, para 2030 podrían perderse más de 2% de las horas laborales en el mundo debido al estrés térmico relacionado con el aumento de las temperaturas. Trabajadores agrícolas, de la construcción, el transporte y los servicios de emergencia son de los sectores más afectados.
Asimismo, la exposición a sustancias químicas peligrosas continúa siendo un grave problema. Cada año, alrededor de 1,1 millones de trabajadores mueren debido a enfermedades profesionales provocadas por estas sustancias, lo que representa casi 2.900 muertes diarias.

En América Latina, la situación no es alentadora. Aunque algunos países han avanzado en marcos legales sobre seguridad y salud en el trabajo, la informalidad laboral sigue siendo un gran obstáculo. Se calcula que más del 50% de la fuerza laboral trabaja en condiciones informales, sin acceso a sistemas de protección adecuados.
En Colombia, los datos son igualmente preocupantes, según el Consejo Colombiano de Seguridad, durante 2023 se registraron más de 522.000 accidentes laborales calificados y más de 26.000 presuntas enfermedades laborales. El sector agrícola es de los más vulnerables, agravado por la alta tasa de informalidad y la falta de programas de prevención en zonas rurales.
A nivel institucional, el país cuenta con mecanismos como el Sistema General de Riesgos Laborales, pero los expertos señalan que aún falta una implementación efectiva en pequeñas empresas, el sector informal y en zonas apartadas.
Hoy, además de los riesgos tradicionales, surgen nuevos desafíos que requieren adaptaciones rápidas: el teletrabajo, la automatización, el trabajo en plataformas digitales y el envejecimiento de la fuerza laboral, generan problemas de salud mental que han ganado visibilidad tras la pandemia de COVID-19.
Según la OIT, el 60% de los trabajadores señala sentir altos niveles de estrés relacionados con el trabajo, lo que exige estrategias integrales de bienestar.