Por: Daniel Rojas Chía
Marvel sigue apostando sus nombres más exitosos al concepto del multiverso, luego de la taquillera ‘spider-man: sin camino a casa’ logrando una importante expectativa entre los fanáticos gracias a la continuación de Doctor Strange, sin embargo, deja un sabor que por momentos parece ser insípido en un gran empaque.
La continuación de la primera película estrenada en el 2016 y protagonizada por Benedict Cumberbatch y una siempre agradable Elizabeth Olsen, logra inmiscuirse en géneros como el del terror gracias a su director, el cual consigue imprimir cierta violencia ‘gore’ a la cinta, lo que le suma en entretenimiento como preámbulo a la aplicación del ritmo que le quiere imprimir el director a la historia y sus puntos de giro.
Según su sinopsis oficial, se anuncia que el espectador se embarca en un viaje a lo desconocido con el Doctor Strange, quien, con la ayuda tanto de antiguos, como de nuevos aliados místicos, recorre las complejas y peligrosas realidades alternativas del multiverso para enfrentarse a un nuevo y misterioso adversario.
Dentro de la linealidad de Marvel y su recurrente fórmula de darle continuidad a diferentes personajes para intentar presentar nuevas franquicias o impulsar las existentes como la de la actriz mexicana-estadounidense Xóchitl Gómez con el personaje de América Chávez que proviene de la película Shang Chi, que también hace parte del universo de Marvel.
En ocasiones se muestran tantos personajes que no se le permite al espectador conectar con ninguno, pero también es un valor agregado y sorprendente ver personajes de otros comics que le imprimen un carisma diferente a la historia, pero que finalmente, si no fuera por un poco humor negro dentro de la violencia de los acontecimientos, perdería intensidad ya que no se profundiza en ningún personaje más allá de la primera entrega.
La presentación de varios personajes y una más amplia aparición de un personaje como el de la Doctora Christine Palmer, estelarizada por Rachel McAdams, no alcanza a sumar mucho al arco dramático de ella y Strange, simplificando una vez más la labor del héroe y sus sacrificios fundamentales para serlo.
Dentro de la acción de entretener la cinta logra contener una narración ágil, dinámica y certera con el espectador, pero no, gracias a la calidad de su historia sino por la atmósfera oscura y siniestra que logra construir el personaje de la bruja escarlata con visos al mejor estilo de la cinta de 1979 CARRIE, dirigida por Brian De Palma.
Vale la pena resaltar la aparición de Bruce Campbell, que, aunque parece un detalle menor, es un homenaje el cine clase B con uno de sus más famosos exponentes como lo es Campbell, tan presente en la filmografía de Sam Raimi y el género del terror norteamericano. Lo reconocerá en uno de los multiversos como el vendedor de comida que se golpea a sí mismo.
En dos horas y seis minutos de película se ven varios recursos que parecen no sorprender tanto cuando se tiene una herramienta tan versátil como la de los multiversos para no limitarse a ninguna línea de tiempo, lo que termina siendo, en mi opinión, otra versión de ‘spider-man: sin camino a casa’ con capa, pero, que logra captar la suficiente atención gracias a sus efectos especiales y grandes atmósferas construidas por computadora.
Doctor Strange en el Multiverso de la Locura es una película que cumple con lo justo y solo termina siendo un eslabón más en la amplia cadena de historias y personajes en el universo de Marvel que logra su cometido: entretener y hacer imaginar mundos distintos a la realidad buena o mala de quien pueda verlo.
Vale la pena recordar que esta entrega también ofrece imágenes post-créditos que le da una introducción a otros nuevos personajes y pistas para la siguiente entrega.
Si busca cómo entretener sus sentidos por un par de horas sin esfuerzo y de manera agradable, esta segunda entrega del Doctor Strange es para usted.